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14 de septiembre de 2024

El Papa Francisco en un estadio de Verona, Italia

El Papa Francisco en un estadio de Verona, ItaliaEFE

Alejarse «del frenesí, el ruido y la cháchara»: el consejo del Papa para favorecer la oración profunda

Las claves del Pontífice para conseguir una buena misa incluye cuidar el silencio, los cantos y promover la 'diversidad' de los ministerios litúrgicos

El Papa Francisco, a través de un mensaje firmado por el cardenal Pietro Parolin para la 74ª Semana Litúrgica Nacional en Italia, ha subrayado la importancia de cultivar una liturgia que «pide ser celebrada con fervor», para que la gracia derramada en el rito «no se disperse, sino que llegue a la experiencia vivida por cada persona» y favorezca la oración profunda y comunitaria. Este evento, que se celebra en la archidiócesis de Módena-Nonantola del 26 al 29 de agosto, pone de relieve la necesidad de un «compromiso y actitud» por parte de los fieles en una oración coral, alejada del «individualismo y de la división».

El Papa destaca cuatro aspectos clave para lograr una liturgia auténtica. En primer lugar, resalta la importancia de la «coralidad», es decir, la oración en comunidad, ejemplificada en la Liturgia de las Horas. Francisco anima a las comunidades a «volver a elevar a coro» la oración de los salmos, fomentando así la unidad y la comunión tanto en la liturgia como en la vida diaria.

En segundo lugar, el Papa pone de manifiesto el vínculo entre la liturgia y el canto sagrado, destacando que la música no es simplemente un adorno, sino una parte integral de la celebración litúrgica que requiere especial atención, principalmente en las misas dominicales.

El tercer aspecto es el «acto de silencio», como describe Francisco, que contrarresta «el frenesí, el ruido y la cháchara» de la vida diaria. Este silencio sagrado se convierte en un espacio propicio para «cultivar la mirada contemplativa», «dar profundidad a la oración del corazón» y «dejarse transformar por el Espíritu».

Finalmente, el Papa subraya la «promoción de la ministerialidad litúrgica», es decir, los diferentes roles y servicios que los miembros de la comunidad cristiana asumen durante la liturgia, como el lector, el acólito o el coro. Señala que la diversidad de ministerios «manifiesta la diversidad de los dones que el Espíritu Santo suscita en la comunidad cristiana», además de fomentar la participación activa de la asamblea y reflejar la «naturaleza sinodal de la Iglesia». Explica además como esta diversidad de roles litúrgicos es fundamental para «evitar personalismos y delirios de protagonismo y realizar un verdadero servicio a la comunión».

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