Terapia de viaje: ¿ayudan las vacaciones a la salud mental?
Tras la crisis del coronavirus se ha descubierto que el turismo aumenta el bienestar físico y psicológico
Siempre se ha oído hablar de la musicoterapia y la arteterapia, pero ¿qué hay de la desconocida «terapia de viaje»? Un nuevo documento interdisciplinar de la Universidad Edith Cowan (Estados Unidos) propone cambiar la forma de ver el turismo, considerándolo no solo como una experiencia recreativa, sino como una industria que puede aportar verdaderos beneficios para la salud.
Esta investigación, publicada en la revista científica Tourism Management, ha concluido que muchos aspectos de las vacaciones podrían tener un impacto positivo en las personas con problemas o enfermedades mentales.
«Los expertos médicos pueden recomendar tratamientos contra la demencia, como la musicoterapia, el ejercicio, la estimulación cognitiva, la terapia de reminiscencia, la estimulación sensorial y la adaptación de las comidas y el entorno del paciente. Todo esto también se encuentra a menudo cuando se está de vacaciones», explica el investigador principal del trabajo, Jun Wen.
La naturaleza variada del turismo significa que hay muchas oportunidades para incorporar tratamientos para condiciones como la demencia. Por ejemplo, estar en nuevos entornos y tener nuevas experiencias podría proporcionar una estimulación cognitiva y sensorial.
«El ejercicio se ha relacionado con el bienestar mental y los viajes a menudo implican una mayor actividad física, como por ejemplo caminar más. Las comidas suelen ser diferentes en vacaciones: suelen ser más sociales, con varias personas, y se ha comprobado que las comidas en familia influyen positivamente en el comportamiento alimentario de los pacientes con demencia. Además, hay elementos básicos como el aire fresco y el sol, que aumentan los niveles de vitamina D y serotonina», detalla el doctor Wen.
Tenemos que replantearnos el papel que desempeña el turismo en la sociedad moderna
El impacto del coronavirus en los viajes de los últimos años ha planteado cuestiones sobre el valor del turismo más allá del estilo de vida y los factores económicos. «Se ha descubierto que el turismo aumenta el bienestar físico y psicológico. Así que, después de la COVID-19, es un buen momento para identificar el lugar del turismo en la salud pública, y no solo para los turistas sanos, sino para los grupos vulnerables», apunta el líder del trabajo.
Ahora, el doctor Wen espera que se inicie una nueva línea de investigación para examinar cómo el turismo puede mejorar la vida de las personas con diversas afecciones. «Estamos intentando hacer algo nuevo para tender un puente entre el turismo y la ciencia de la salud. Habrá que realizar más investigaciones empíricas y pruebas para ver si el turismo puede convertirse en una de las intervenciones médicas para diferentes enfermedades como la demencia o la depresión. Por tanto, el turismo no consiste solo en viajar y divertirse; tenemos que replantearnos el papel que desempeña el turismo en la sociedad moderna», ha concluido.