Qué hacer para no sufrir la alergia al polen en verano, según un experto

Con el brusco aumento de las temperaturas han vuelto a subir los niveles de pólenes y con ellos son muchos los que sufren las consecuencias de la alergia: congestión nasal; aumento de mucosidad; estornudos o tos seca; lagrimeo y enrojecimiento de los ojos o dificultad respiratoria son los más frecuentes. Con el fin de reducir al máximo estos síntomas es aconsejable disminuir la exposición al polen.

Ocho consejos prácticos

El doctor Tomás Chivato, especialista en Alergología y decano de la Facultad de Medicina CEU San Pablo, ofrece ocho recomendaciones útiles para estas vacaciones:

1. Evitar, dentro de lo posible, las zonas con abundante vegetación o ajardinadas durante la polinización. Como orientación los árboles polinizan en invierno, las gramíneas y el olivo en primavera y las malezas en verano y otoño. Las concentraciones de polen son especialmente altas justo después de la recolección y en el césped recién cortado.

2. Las plantas inician la polinización al salir el sol y la terminan al anochecer, así la máxima concentración de pólenes se alcanza por la tarde. Debería intentar que sus actividades en exteriores y la ventilación del domicilio se haga por la mañana. También debería evitar la permanencia en el exterior los días de mucho viento.

3. Durante los viajes es recomendable llevar las ventanillas del coche cerradas. El aire acondicionado de los coches, en especial si el filtro es de alta calidad, es muy eficaz para evitar el polen. Humidificar el interior del vehículo con un nebulizador de agua le puede ayudar en los viajes en esta época del año.

4. Para sus vacaciones es preferible la zona costera donde la humedad ambiental y el aire procedente del mar condiciona que las concentraciones de pólenes no sean elevadas.

5. La ingesta de productos de herbolario, infusiones, polen concentrado, jalea real... se puede acompañar de reacciones alérgicas por lo que no es aconsejable su consumo.

6. Es posible que tenga molestias orales con el consumo de algunas frutas, verduras, hortalizas, infusiones de manzanilla y miel. Si esto ocurriera evite su toma hasta consultar al alergólogo.

7. La protección con gafas de sol y mascarillas puede ser útil en especial cuando la exposición sea inevitable o que la actividad suponga un aumento de la concentración de polen, tal como ocurre con la recolección, siega del césped, poda de arizónicas... Actividades todas ellas que los pacientes deberían evitar en lo posible.

8. Conocer las plantas a cuyo polen es usted alérgico y la época de polinización es recomendable para poder aplicar las medidas expuestas.