Si quieres dormir bien por la noche no le añadas azúcar ni sacarina al café
Tanto la cafeína como los edulcorantes activan el sistema de recompensa en el cerebro
Una taza de café es para muchos esencial para ponerse en marcha cada mañana. Las investigaciones han ratificado que su contenido en cafeína proporciona energía pero, además, ayuda a quemar calorías, reducir el riesgo de alzhéimer, disminuir el riesgo de enfermedad hepática o el riesgo de muerte temprana y enfermedad cardiovascular. Sin embargo, las personas que tienen problemas para conciliar el sueño, no deberían tomar café, especialmente en horas cercanas a la hora de irse a dormir.
Numerosos estudios epidemiológicos han demostrado que las personas con tendencia a la noche tienden a beber más bebidas con cafeína que las personas con tendencia a la mañana, y los experimentos con animales y células han demostrado que la cafeína actúa para extender el período de vigilia del reloj corporal interno.
La experta en sueño Theresa Schnorbach explica que si bien los efectos de la cafeína comienzan tras 30 a 40 minutos después de tomar el café, pueden durar hasta unas 6 horas. De esta forma es recomendable que la última taza de café no se ingiera más allá de las cinco o seis de la tarde. De esta forma le daremos tiempo al cuerpo a digerir la bebida y que la cafeína no repercuta negativamente en nuestro descanso.
Ahora, una investigación, publicada en la revista Npj Science of Food, pone el foco no solo en la cafeína sino en los edulcorantes que se les añade. En el estudio con ratones los científicos han descubierto que añadir azúcar o edulcorantes artificiales al café alteraba los relojes biológicos más que el café por sí solo, ya que provocaba que el día y la noche se invirtieran en algunos ratones. Si esto también se aplica a los humanos, añadir edulcorante al café tendría importantes consecuencias para la salud.
El grupo de investigadores ha descubierto accidentalmente estos cambios en los ritmos de actividad de los ratones que se producían aún más fuertemente cuando mezclaban cafeína con azúcar u otros edulcorantes: «Estábamos examinando las características del comportamiento de los ratones machos mientras bebían agua con cafeína endulzada en general y nos encontramos con cambios de comportamiento interesantes que no esperábamos», dijo Yu Tahara, profesor asociado en la Escuela de Posgrado de Ciencias Biomédicas y de la Salud de la Universidad de Hiroshima.
Combinación de cafeína y edulcorante
El equipo proporcionó agua con cafeína endulzada que contenía 0,1 % de cafeína, que es la mitad de la concentración del espresso, y 1 % de sacarosa, que es una décima parte de la concentración de la mayoría de las bebidas energéticas, o 0,1 % de sacarina.
«El dulzor añadido no modificó la cantidad de cafeína que bebieron los ratones, por lo que los efectos no podían ser el resultado de beber más cafeína», añadió Tahara. «Tenía que ser la combinación de cafeína y edulcorante».
Los ratones que consumieron la mezcla de cafeína y edulcorante experimentaron un período de sueño-vigilia libre muy largo, de 26 a 30 horas, y algunos incluso cambiaron de un ritmo circadiano nocturno a uno diurno.
Estos efectos continuaron produciéndose incluso cuando los ratones estuvieron expuestos a una oscuridad constante. Este último fenómeno sugiere que el efecto de la cafeína y el edulcorante funciona independientemente del regulador central del reloj corporal interno, el núcleo supraquiasmático (NSQ), que se encuentra en el hipotálamo del cerebro. Ese regulador central normalmente está regido por la luz y el ciclo natural día-noche, y a su vez asegura una sincronización de los relojes situados en el tejido orgánico de otras partes del cuerpo.
Los investigadores creen que la combinación de cafeína y dulzor puede estar creando una señal contradictoria dentro del cuerpo, posiblemente mediada por otra famosa sustancia química, la dopamina.
La cafeína y los edulcorantes activan el sistema de recompensa en el cerebro, lo que lleva a la liberación de dopamina
Es esta doble dosis de dopamina la que podría estar contribuyendo a la aparición de los ritmos de actividad de largo plazo.
Los investigadores pretenden ahora investigar más a fondo el posible vínculo con la dopamina y ver si el efecto estimulante de la cafeína producido por el edulcorante se replica en los seres humanos. Si bien este estudio inicial solo analizó los efectos en ratones, los hallazgos pueden tener implicaciones importantes para nuestra comprensión de cómo la cafeína endulzada afecta la salud humana.
Muchas autoridades sanitarias recomiendan limitar la cantidad de cafeína que se consume al día o reducir su consumo por la tarde o por la noche, ya que las cantidades excesivas se asocian con una menor calidad del sueño y una mayor tendencia a dormir de noche, lo que a su vez tiene una serie de efectos negativos para la salud física y mental. Esta investigación añade otra capa a este consejo, al sugerir que añadir edulcorantes a la cafeína puede exacerbar aún más los efectos negativos.
Por otra parte, los investigadores también están interesados en estudiar los efectos de la ingesta de cafeína y edulcorantes por la mañana. «Si quieres estar aún más animado por la mañana, es posible que quieras asegurarte de tomar tu café con algo dulce en el desayuno», dijo Tahara.