El rasgo físico que predice las probabilidades de quedarse calvo
Los científicos llevan años estudiando la longitud de los dedos de las manos que parecen ser unos estupendos predictores de numerosas patologías. Primero una investigación encontró un vínculo entre la longitud relativa de los dedos índice y anular y ciertos rasgos psicopatológicos de la personalidad, incluidos comportamientos antisociales y trastornos por uso de sustancias.
Meses más tarde los científicos encontraron una relación entre el alto consumo de alcohol y el cuarto dígito, el anular, más largo en relación con el segundo, el índice. Esto demostraba que la testosterona prenatal alta en relación con el estrógeno estaba relacionada con el alto consumo de alcohol entre los estudiantes.
Ahora, el Dr. Joe Whittington, con más de tres millones de seguidores en las redes sociales y conocido como @drjoe_md en Instagram y TikTok, ha sacado a la luz una investigación de la Universidad de Kaohsiung en Taiwán que predice las posibilidades de quedarse calvo observando una característica física específica que nada tiene que ver con los factores genéticos de madre o padre pero sí con los niveles de testosterona.
Los científicos afirman que los hombres tienen más probabilidades de quedarse calvos si su dedo anular de la mano derecha es más largo que su dedo índice.
El estudio afirma que cuanto menor es el ratio 2D:4D –relación entre el segundo y el cuarto dígito– de la mano derecha, mayor es el riesgo de desarrollar alopecia androgénica (AGA), un tipo común de pérdida de cabello y que la gravedad de la alopecia aumenta con la edad.
Qué puede causar la alopecia
Las causas de la alopecia son diversas, abarcando desde factores genéticos hasta enfermedades autoinmunes. Tal y como afirma la Dra. María del Carmen Soto, de Hospital Capilar, «la alopecia androgenética, la forma más común, tiene un fuerte componente hereditario. La sensibilidad de los folículos pilosos a los andrógenos, especialmente a la dihidrotestosterona (DHT), es el principal detonante de esta condición».
Otras causas frecuentes incluyen las alteraciones hormonales, como el embarazo, la menopausia o la disfunción tiroidea; los déficits nutricionales, sobre todo si se tienen niveles bajos de hierro, zinc o vitaminas como la D; así como algunos medicamentos, como los quimioterapéuticos, anticoagulantes y algunos antidepresivos.