De amadrigar a antropomorfismo
La antífrasis de moda: llamar pensamiento crítico al que coincide con el nuestro
Amadrigar
En un vocabulario filosófico español no debiera faltar esta palabra, con la que tropecé en un texto del historiador Luis de Sosa: «… los proyectos que amadrigaba para el porvenir». Amadrigar significa esconderse o protegerse en una madriguera. Si el que se amadriga es uno mismo en sí mismo, se acoge al amparo de sí mismo para pensar sin distracción.
Animal racional
¿Animales racionales? En todo caso, dice Ortega, estamos in vía de serlo. Algo parecido había dicho Swift: más que animales racionales somos «rationis capax». Para demostrarlo, escribió sus Viajes de Gulliver.
Animal: autómata
Descartes sostuvo en El movimiento de los animales, que la vida animal no es más que un sistema complejo de engranajes internos.
Un día de 1644 el sacerdote Malebranche, discípulo aventajado de Descartes, paseaba por la Rue Saint Jacques de París con un grupo de amigos, entre los que se encontraba La Fontaine. Una perra preñada se les acercó meneando el rabo. Malebranche se arrodilló, la acarició e, inmediatamente después, se recogió la sotana y le dio una patada en el vientre. Mientras la perra se alejaba aullando, sus amigos se sorprendieron por su conducta. Malebranche les reprochó su ignorancia. Aquella perra, les dijo, era solamente una máquina. Si se la toca en un lugar, se rasca; si se la silba, se acerca y si se la patea huye. Y todo lo hace mecánicamente.
La tesis de que las bestias son máquinas complejas la desarrolló, antes de Descartes, el médico español del siglo XVI Gómez Pereira.
Animalización del hombre
Platón sabía muy bien que el hombre es capaz de lo mejor y de lo peor. Hay en él un rastro de una naturaleza salvaje que posee la fuerza de un león y puede transformarlo en una bestia monstruosa y policéfala. Para prevenir su degradación ha de cultivar como un buen labrador cuanto lleva de manso con él. Ahora bien, para amansar a un león se necesita la energía del león. Hace falta la «atadura divina» de la educación para hacer del hombre un hombre.
Platón sugiere en el Timeo que el hombre teóricamente superficial se degrada en pájaro; el filosóficamente ignorante, en cuadrúpedos, y el más torpe de estos, en reptil; los completamente carentes de inteligencia, en peces y, por último, el postrer escalón en la degradación humana, es el molusco. Sin embargo Rousseau creía que la capacidad de reflexión es contra natura y es ella la que hace del hombre «un animal depravado» (Discurso sobre el Origen de la Desigualdad).
Ansiedad
¿Exageramos si decimos que la ansiedad y la angustia son dos rasgos esenciales de la modernidad? La categoría clínica denominada ansiedad es relativamente reciente. En 1927 solo se publicaron tres artículos académicos sobre ella. En 1941 ascendieron a catorce y en 1950, a treinta y siete. La explosión se produjo con The Meaning of Anxiety, de Rollo May (1950). Hoy aparecen miles los artículos cada año.
Los antiguos lo que tenían era inquietudes, curas, que se curaban con sinecuras. La ansiedad parece ser algo así como una cura sin sinecura imaginable.
Antífrasis
De acuerdo con Maffesoli, «nuestras elites intelectuales se refieren a las cosas por su contrario. Algunos defensores del conformismo más plano se llaman a sí mismos rebeldes. Al igual que en 1984 y Un mundo feliz, utilizan el principio de la antífrasis y están dispuestos a llamar al Ministerio de la guerra Ministerio del Amor. Pero saben que su causa está perdida: una ideología termina cuando no tiene palabras para describir la realidad».
La antífrasis de moda: llamar pensamiento crítico al que coincide con el nuestro.
Antígona
- ¿A favor de Antígona o de Creonte? ¿A favor de la moral personal o de la ley del Estado?
- ¡A favor de Sófocles! -contesta Hegel.
Antigüedad
Joseph Brodsky: El rasgo principal de la Antigüedad es nuestra ausencia. Cuanto más accesibles nos son sus ruinas y más las contemplamos, más nos niegan la entrada.
Antíparos
Carlos Marx recurre en El Capital a un poeta griego para mostrarnos las esperanzas que despertó el primer maquinismo: «Antíparos saludaba la invención del molino de agua para moler los granos, esta forma elemental de todo el maquinismo productivo, como la aurora de la emancipación de las mujeres esclavas y el retorno de la edad de oro».
El yerno de Marx, Paul Lafargue vuelve a recurrir a Antíparos en El derecho a la pereza”, para defender que las nuevas máquinas liberarán al hombre de la servidumbre del trabajo. Sin embargo no puede reprimir una duda: «los ocios que el poeta pagano anunciaba no han llegado todavía».
Si Lafargue hubiese leído con más atención a su suegro habría recogido esta relevante puntualización: «la máquina es el medio más seguro para prolongar la jornada laboral».
Antístenes
Antístenes, el primer filósofo cínico, se reía de los atenienses porque se tenían por autóctonos (nacidos de la tierra) y de esta forma compartían su orgullo y su honor con caracoles y saltamontes.
«El hombre no es una planta», decía Plutarco. Sí, pero con las raíces hacia el cielo.
Antropología
Kant observa lo humano desde dos perspectivas. Una es la fisiológica y la otra, la pragmática. La primera trata de aclarar lo que la naturaleza (physis) hace del hombre; la segunda, lo que el hombre hace como agente libre con su naturaleza (Antropología desde un punto de vista pragmático).
Antropomorfismo
Carta de Benedicto XVI al matemático Odifreddi (30 de agosto de 2013): «Ciertamente, las mentes filosóficas sienten una especie de rechazo ante los antropomorfismos bíblicos, que consideran inadecuados. Pero el riesgo que corren estas personas ilustradas es el de juzgar después adecuada su concepción filosófica de Dios, olvidando que también sus ideas filosóficas permanecen infinitamente alejadas de la realidad de aquel que es «totalmente Otro». Así las cosas, tales antropomorfismos se revelan necesarios para superar la arrogancia del pensamiento; más aún, cabe decir que, bajo algún aspecto, los antropomorfismos se acercan más a la realidad de Dios que los meros conceptos».