Científicos descubren el origen de la tartamudez en el cerebro
Aunque lleva estudiándose años, no se sabía qué parte del cerebro provocaba estos titubeos
Es habitual hablar con alguna persona y que titubee. Esto no tiene nada que ver con la condición psicológica de la persona, como se pensaba hace unos años, sino, como han descubierto un grupo de científicos finlandés, es provocado por la interrupción de una red específica de células cerebrales o neuronas que conectan tres regiones principales del cerebro.
El hallazgo, publicado en la revista Brain, asegura que ocurre porque la amígdala, el putamen y el claustro, participan respectivamente en la regulación de las emociones, el control de los movimientos y la transmisión de información entre diferentes áreas del cerebro.
En este sentido, el líder de la investigación, Juho Joutsa, coautor principal del estudio y profesor de neurología de la Universidad Turku, afirma que saber qué causa la tartamudez podría ayudar al «desarrollo de nuevos tratamientos específicos para la afección». Así, añade LiveScience, que ha tenido acceso al estudio, estas terapias podrían incluir el uso «de estimulación cerebral eléctrica». Esto se llevaría a cabo mediante la implantación de electrodos dentro o en la cabeza del paciente para mandar impulsos nerviosos de electricidad a áreas del cerebro y controlar la repetición de palabras.
Según explica Mayo Clinic, la tartamudez es un trastorno del habla que interrumpe el flujo normal de la misma. Algo de lo que carecen estas personas es de la fluidez al decir las palabras. En el caso del tartamudeo, las interrupciones en la fluidez son «comunes y causan problemas al hablante», explica el canal de salud. Además, afecta alrededor del 1 % de los adultos y entre el 5 % y el 10 % de los niños. Se puede arreglar con logopedia.
Síntomas del tartamudeo
- Dificultad para comenzar las palabras
- Prolongación de una palabra o sonidos
- Repetición de un sonido, sílaba o palabra
- Ansiedad por hablar
- Parpadeo rápido
- Breve silencio para ciertas sílabas o palabras
- Uso de palabras como 'Hum', 'Ehm'
Aunque la tartamudez lleva estudiándose años, no se sabía qué parte del cerebro provocaba estos titubeos. Por este motivo, los investigadores no podía pensar ni crear soluciones. Sin embargo, gracias a su empeño, Joutsa y sus compañeros dieron en el centro de la diana. Lo hicieron buscando 20 de casos de tartamudez de nueva aparición después de un accidente cerebrovascular y los compararon con 169 personas que tras la misma afección no desarrollaron este efecto secundario.
Aquí descubrieron que todas las personas que habían sufrido el daño cerebral y habían comenzado a tartamudear tenían tocadas múltiples regiones cerebrales heterogéneas, pero todas estas ubicaciones de lesiones estaban conectadas funcionalmente a una red común centrada alrededor del putamen izquierdo, incluido el claustro, el área de transición amígdaloestriatal. Este informe fue muy diferente a las personas que no habían desarrollado esta repetición de palabras o sílabas.
Tal y como explica el documento científico, dentro de la red de tartamudez adquirida común, encontraron una asociación significativa entre el volumen de materia gris y el impacto de la tartamudez en adultos con este problema persistente en el desarrollo en el putamen posteroventral izquierdo, que se extiende hacia el claustro adyacente y el área de transición amigdaloestriatal.
En este sentido, los científicos, concluyen que las lesiones que causan la tartamudez neurogénica adquirida se asignan «a una red cerebral común, centrada en el putamen izquierdo, el claustro y el área de transición amígdaloestriatal». Así, Joutsa afirma a LiveScience que esto plantea la posibilidad de apuntar a esta red para «tratar la afección».
Al hilo, asevera al medio que la estimulación cerebral eléctrica ya se utiliza para tratar a pacientes con «diversos trastornos», como el trastorno obsesivo-compulsivo, la depresión, la enfermedad de Parkinson y el temblor esencial. Actualmente, asegura, también se está probando para el tratamiento de afecciones neurológicas adicionales, como lesiones cerebrales traumáticas.