Las hormigas superan a los humanos resolviendo problemas en grupo
Los experimentos involucraron diferentes configuraciones: una sola hormiga, un grupo pequeño de siete hormigas, y un grupo grande de 80
En un experimento para resolver problemas en grupo, las hormigas demostraron superar a los humanos al transportar grandes cargas que exceden ampliamente sus propias dimensiones. El estudio, llevado a cabo por investigadores del Instituto Weizmann de Ciencias, fue publicado en PNAS y arroja resultados sorprendentes sobre la eficacia de las hormigas trabajando colectivamente.
«Hemos comprobado que las hormigas, al actuar en grupo, son más inteligentes, demostrando que para ellas el todo es mayor que la suma de sus partes. En cambio, la colaboración grupal no mejora las capacidades cognitivas de los humanos», explicó el profesor Ofer Feinerman, autor principal del estudio.
Para hacer la comparación entre dos especies tan diferentes, el equipo diseñó una versión práctica del «rompecabezas de los pianos», un problema clásico en planificación de movimiento y robótica que analiza cómo mover objetos grandes y de forma inusual en espacios complejos. En lugar de un piano, se utilizó un objeto en forma de T, que debía ser maniobrado a través de un laberinto rectangular con tres cámaras conectadas por estrechas rendijas.
Dos versiones del laberinto fueron creadas, ajustadas proporcionalmente al tamaño de las hormigas y los humanos. Las hormigas participantes, de la especie Paratrechina longicornis (comúnmente conocidas como hormigas locas), fueron atraídas al desafío creyendo que la carga era un alimento para llevar al nido. Por su parte, los humanos, motivados por la idea de competir, participaron de forma voluntaria.
Los experimentos involucraron diferentes configuraciones: una sola hormiga, un grupo pequeño de siete hormigas, y un grupo grande de 80. En paralelo, los humanos participaron individualmente, en pequeños grupos de seis a nueve personas, y en grupos grandes de 26 individuos. Para una comparación más justa, a los humanos se les prohibió comunicarse mediante gestos o palabras en algunos ensayos, utilizando máscaras y gafas para limitar la interacción visual. Además, se les pidió que sujetaran la carga mediante mangos que simulaban la forma en que las hormigas transportan objetos, mientras sensores medían las fuerzas aplicadas.
Los resultados mostraron diferencias notables. Los humanos destacaron en el desafío individual, donde aplicaron estrategias planificadas con facilidad. Sin embargo, en los ensayos grupales, especialmente con grupos grandes, las hormigas superaron a los humanos. Las hormigas trabajaron de manera coordinada y estratégica, mostrando una memoria colectiva que les permitió persistir en direcciones eficientes y evitar errores repetitivos.
En contraste, los grupos humanos no mejoraron significativamente su desempeño. Cuando la comunicación fue limitada, su rendimiento disminuyó y tendieron a optar por soluciones «codiciosas» o de corto plazo, que resultaron ineficaces a largo plazo.
«Una colonia de hormigas es como una familia unida, donde todas comparten intereses y la cooperación prevalece sobre la competencia», comentó Feinerman. «Por eso a menudo se considera a una colonia de hormigas como un superorganismo, un cuerpo vivo compuesto por muchas 'células' que trabajan en conjunto».
El estudio concluye que las hormigas, al actuar colectivamente, amplifican su inteligencia grupal, mientras que los humanos no logran un beneficio similar al trabajar en equipo. Según Feinerman, estos resultados cuestionan la noción de la «sabiduría de la multitud», tan popular en la era de las redes sociales, ya que en este experimento no se observó que el trabajo en grupo humano ofreciera ventajas cognitivas significativas.