
Imagen de Carmen en su intervención en el congreso
XXVII Congreso Nacional Provida
«No solo perdí a mi hijo, también tuve que cargar con la decisión»: el relato de Carmen, arrepentida de su aborto
Considera que no recibió la información suficiente sobre las consecuencias emocionales y físicas del aborto y que no se le ofreció la posibilidad de hablar con un psiquiatra o un cura
El XXVII Congreso Nacional Provida, bajo el lema «Desde las entrañas», se ha celebrado este viernes y sábado con el objetivo de reafirmar el compromiso con la defensa de la vida en todas sus etapas. Organizado por la Federación Española de Asociaciones Provida, en colaboración con la Universidad CEU San Pablo y la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), el evento reunió a expertos, activistas y testimonios conmovedores que pusieron de manifiesto las complejidades del aborto y sus consecuencias emocionales y físicas.
Como hecho destacado está la historia de Carmen, una mujer que compartió públicamente, por primera vez, su experiencia con el aborto. «He conseguido la fuerza para hablar hoy gracias al apoyo de la Fundación Provida», comenzó diciendo ante un auditorio en silencio absoluto. Su relato, cargado de emoción, reflejó el dolor que sufrió tras la decisión de abortar y el largo proceso de duelo que ha atravesado.

XXVII Congreso Nacional Provida
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Carmen se quedó embarazada en 2022, cuando tenía 26 años y estudiaba un máster en bioquímica en Berlín. Mantenía una relación de solo dos meses con su actual pareja y dependía económicamente de sus padres y de un trabajo a tiempo parcial. Aunque su primer instinto fue continuar con el embarazo, la presión del entorno y el miedo a las dificultades económicas influyeron en su decisión. «Mis amigos me dijeron que tener un hijo en ese momento era irresponsable, y mis padres me aconsejaron abortar», recordó.
La joven relató su experiencia en Alemania, donde tuvo que asistir a una consulta con una trabajadora social antes de acceder al procedimiento. «Me dijeron que no había una decisión buena o mala, solo la que fuera mejor para mí. Pero en ese momento estaba bajo mucha presión y no pensaba con claridad», confesó. Considera que no recibió la información suficiente sobre las consecuencias emocionales y físicas del aborto y que no se le ofreció la posibilidad de hablar con un psiquiatra o un cura. «Me habría gustado saber que no estaba sola en esto», afirmó.
El impacto de su decisión fue devastador. «No solo había perdido a mi hijo, sino que también debía cargar con la responsabilidad de haber tomado esa decisión». Se aisló de sus amigos y familiares, refugiándose solo en su pareja. A pesar del sufrimiento, encontró apoyo en organizaciones provida, lo que la ayudó a reconstruir su vida.
Ahora, Carmen está embarazada de seis meses y vive este proceso con una visión completamente distinta. «Nuestra situación económica no ha cambiado demasiado, pero nos queremos y queremos a este bebé como queríamos al primero», explicó con voz entrecortada. Para ella, este nuevo embarazo representa una redención y una oportunidad para sanar. «Esta vez, la alegría de la vida ha vuelto a mí».
Su mensaje para otras mujeres fue claro: «Te hacen creer que después del aborto todo seguirá igual, pero no es cierto. Es una marca que dura toda la vida». Su historia resonó en el auditorio como un poderoso testimonio de esperanza, arrepentimiento y fortaleza, subrayando la importancia del apoyo y la información en la toma de decisiones que afectan la vida de una mujer y la de su hijo por nacer.