Ley de bienestar animal
Vender perros y gatos en tiendas de animales ya está prohibido: «Algunas han perdido el 80 % de su facturación»
Josep Arnas, de la Asociación del Sector del Animal de Compañía, cree que el sector «mayoritariamente desaparecerá»
La ley de bienestar animal cumplió el pasado 29 de septiembre un año en vigor. Aunque muchos de sus puntos aún no se han puesto en marcha debido a la ausencia de reglamentos, otros muchos sí que han comenzado a cambiar el día a día de dueños, veterinarios o profesionales del comercio animal.
Son precisamente estos últimos los que más han notado la nueva norma que impulsó la exministra Ione Belarra, y es que una de sus novedades implica que las tiendas de animales no puedan vender ni perros, ni gatos, ni hurones. Estos comercios tenían un año para adaptarse a los cambios desde la entrada en vigor del texto: un período de gracia que ya ha llegado a su fin.
De esta forma, para hacernos con una de estas mascotas deberá ser a través de criadores profesionales reconocidos, que deben responsabilizarse de que cada animal se encuentre en perfectas condiciones físicas y sanitarias.
«Hay tiendas que han perdido hasta el 80 % de su facturación», sentencia Josep Arnas, secretario general de la Asociación del Sector del Animal de Compañía (ASAC). «Estoy pensando en una en concreto que tenía 15 empleados y más de la mitad se va a ir a la calle, ya que la mayoría se dedicaban al cuidado de los perros y gatos que había en el comercio. Los han hundido», incide.
Y es que este tipo de comercios ya solo puede vender alimentación y complementos para las mascotas, ya que si se saltan la ley y continúan ofreciendo animales podrían arriesgarse a una sanción cuyo importe oscila de 50.001 a 200.000 euros.
Arnas vaticina que en nuestro país terminará ocurriendo lo mismo que Austria, donde una ley similar a esta hizo que se disparase la venta de perros y gatos a través de internet provenientes de criaderos ilegales. «Para comprar un coche no vas a la fábrica de coches, sino a un concesionario. Les guste o no, los perros y los gatos se compran y se venden, y ese proceso necesita un asesoramiento», reclama.
Además, desde las asociaciones de comerciantes lamentan que muchos de sus clientes entraban a través de la venta del animal, algo que ahora están perdiendo en favor de las plataformas por internet. Arnas cree que el sector «mayoritariamente desaparecerá». Dice que han intentado «todo lo habido y por haber», pero con la ley promulgada y el periodo de gracia finalizado, ya se han resignado a aceptar la nueva realidad que los abocará «a la ruina».
Críticas animalistas
A pesar de la entrada en vigor de esta ley y de que el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 ha destinado cerca de dos millones de euros a entidades de protección animal para cubrir parte de los gastos de su cuidado, las asociaciones animalistas continúan siendo críticas. Un claro ejemplo es el partido PACMA, que recientemente la calificó como una «norma insuficiente y excluyente que representa un grave retroceso en los derechos de los animales».
Según su presidente, Javier Luna, la ley «ha fallado en su objetivo principal: proteger a los animales» y, lo que es peor, «el abandono y el maltrato han aumentado», cuando «ya existen leyes autonómicas mucho más avanzadas». Además, Luna señaló que la normativa «aún carece del reglamento necesario para hacer efectivas más de la mitad de sus disposiciones», y el listado positivo de animales, mencionado en la ley, todavía no ha sido elaborado. Esta falta de regulación, junto con «la deficiente supervisión de su implementación», hace que la ley sea «en gran parte inaplicable».