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Descubren que una ley de la física lleva 300 años malinterpretándose

«Corpus omne perseverare in statu suo quiescendi vel movendi uniformiter in directum, nisi quatenus illud a viribus impressis cogitur statum suum mutare». Hace ahora 337 años, el polímata inglés Isaac Newton dejó escritas estas palabras como la primera ley de su libro Philosophiæ Naturalis Principia Mathematica (Principios matemáticos de la filosofía natural, en español).

Considerada una obra maestra de la física y las matemáticas, el libro establece las leyes del movimiento y de la gravitación universal. Sin embargo, el hecho de que Newton la escribiera en latín (algo habitual en el ámbito científico de la época) y que su primera traducción al inglés no llegara hasta el año 1728 (41 después de su publicación, en 1687) pudo provocar un fallo de interpretación del texto que no llegó a ser advertido hasta hace apenas unos meses.

En un artículo publicado el pasado septiembre en la revista Philosophy of Science, el profesor de filosofía en la Universidad Estatal de Virginia (EE.UU.) Daniel Hoek señaló que la traducción que se realizó entonces, que vendría a ser «todo cuerpo que no está sometido a ninguna interacción permanece en reposo o se traslada con velocidad constante», es errónea.

El problema, explicó, reside en que el término «nisi quatenus» se tradujo en inglés como «a menos que», cuando debería haber sido «excepto en la medida que». La razón es que no existen en el universo cuerpos que no estén sometidos a ninguna fuerza o interacción externa. No obstante, precisa Hoek, existe una traducción alternativa que sí corrige el fallo.

Versión correcta

La interpretación correcta, por tanto, sería: «Todo cuerpo, en tanto en cuanto no sea sometido a ninguna interacción, permanece en reposo o se traslada con velocidad constante». De esta forma, se enfatiza que no se trata de cuerpos ajenos a toda interacción previa, sino cuerpos estables hasta que se les aplica una fuerza adicional.

«La primera ley del movimiento no trata de situaciones imaginarias, como pensaba mi profesor de física, sino que se refiere a cambios reales de movimiento en el mundo real. Vivimos en un universo dinámico, rebosante y vertiginoso, repleto de átomos y moléculas que se arremolinan, cometas que aceleran y galaxias que giran. Y cada giro y torsión en toda esa vasta confusión, cada cambio de velocidad y cada inclinación de dirección se rige por la primera ley de Newton», aseguró Hoek.

La propuesta del profesor ha sido recibida con dualidad entre los científicos. «Algunos consideran mi lectura demasiado salvaje y poco convencional para tomársela en serio. Otros piensan que es tan evidentemente correcto que apenas merece la pena discutirlo», dijo.

Pese a todo, lo cierto es que si la interpretación mayoritaria y original fue incorrecta es algo que no cambiará en esencia las bases teóricas la física.

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