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Los agujeros negros también representan, junto al Big Bang, un ejemplo de una «última frontera» del conocimiento humano

Ilustración de un agujeros negroPixabay

Científicos españoles descubren que las estrellas de Omega Centauri se mueven por la acción de varios agujeros negros

El estudio del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) ha detallado que este «baile» de estrellas se deben por los agujeros negros estelares, que se forman tras el colapso de estrellas masivas al final de sus vidas​​

Un equipo de investigación del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) ha demostrado que la unión de un grupo de agujeros negros marca el «baile» de las estrellas del cúmulo globular Omega Centauri, en la constelación de Centaurus.

Explica el IAC en un comunicado que se trata de algo extrapolable a otras estructuras del Universo, y añade que contradice algunas tesis aceptadas sobre el papel que juegan los agujeros negros menos masivos en el movimiento de las estrellas.

El estudio ha sido publicado por la revista Astronomy & Astrophysics y lo firma como primer autor Andrés Bañares Hernández, que forma parte del equipo liderado por Jorge Martín Camalich.

Este estudio es producto de una colaboración internacional del IAC con la Universidad de Surrey (Guildford, Reino Unido) y el Laboratorio de Annecy-le-Vieux de Física Teórica Laboratoire d'Annecy-le-Vieux de Physique Théorique, LAPTh, situado en Annecy, Francia.

Los investigadores han trabajado en estudios cinemáticos que permiten determinar la estructura de galaxias y cúmulos estelares en el grupo Local, es decir en las galaxias más cercanas a la Vía Láctea.

En este caso, el campo de estudio ha sido el cúmulo globular Omega Centauri. Añade el IAC que uno de los puntos más debatidos en los foros astrofísicos y que ha suscitado mucho interés es determinar si en esta estructura hay un agujero negro de masa intermedia (es decir, con una masa de cientos a cientos de miles de masas solares) y, si lo hay, cuál es su efecto en el resto del sistema.

El estudio del IAC suscrito por Bañares «aclara» la cuestión al descubrir que probablemente lo que está afectando al baile de estrellas en ese cúmulo no se trata de un agujero negro de masa intermedia, sino la unión o cúmulo de varios agujeros negros estelares, que se forman tras el colapso de estrellas masivas al final de sus vidas y son mucho más pequeños (con masas inferiores a unas decenas de masas solares).

Según el IAC, con este descubrimiento se abre una visión en el estudio de los tipos de agujeros negros y su función en la evolución estelar.

De hecho, la existencia de agujeros negros de masa intermedia es incierta, ya que hasta ahora solo se han confirmado agujeros negros de masa estelar, del orden de decenas de masas solares, y agujeros negros supermasivos, que exceden el millón de masas solares, comenta el investigador. La existencia o no de estos objetos es importante debido a que actúan como eslabón intermedio predicho por modelos de formación de estos objetos.

«Nuestro análisis constituye un paso importante para aclarar este debate, ya que permite distinguir entre estos dos tipos de objetos mediante una metodología más completa y rigurosa que análisis previos, y con el uso de datos más recientes y novedosos», explica el autor principal.

Estos hallazgos, continúa, ponen de relieve la eficacia de esta novedosa metodología, que, haciendo uso de cinemática estelar y observaciones de púlsares junto a un modelado exhaustivo, se usa explorar la estructura de los cúmulos estelares, sentando un prometedor precedente en un contexto marcado por el rápido crecimiento de observaciones y descubrimientos que este campo está experimentando.

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