80 años de 'Bambi', la madre de todas las muertes en las películas de Disney

Ser padre o madre es lo más bonito que hay. Serlo en una película de Disney es peligroso, sobre todo en los primeros minutos de metraje. Hace ya mucho tiempo que nos acostumbramos a que los protagonistas de los filmes de animación de la factoría se nos presenten como huérfanos de padre, de madre o incluso de los dos. Eso cuando no asistimos directa o indirectamente (y con nosotros, los niños) a la muerte de los progenitores en la pantalla. En 1942, cuando el 13 de agosto se proyectó Bambi por primera vez en el Carthay Circle de Nueva York, el público no estaba tan acostumbrado.

Bambi, que iba a ser el segundo largometraje de la compañía y terminó siendo el quinto –tras Blancanieves y los siete enanitos, Pinocho, Fantasía y Dumbo– por la complejidad a la hora de captar los movimientos de los animales, no fue bien recibida. Incluso arrastró pérdidas al principio. El momento, en plena Segunda Guerra Mundial, no acompañaba. Y comprobar que la madre del personaje principal moría por el disparo de un cazador, tampoco.

La idea original en el guion era que el impacto lo recibiese Bambi, que después se recuperaría de las heridas, y no su madre. Walt Disney, en cambio, defendía que a los niños no se les debía esconder la muerte. Y si él lo decía, por mucho que a todos, generación tras generación, nos sentase como un tiro ver cómo Bambi perdía a su madre, a ver quién era capaz de llevarle la contraria. Más aún cuando él, Walt, también había perdido a la suya cuatro años antes del estreno de la película.

Flora, su madre, murió como consecuencia de un incendio provocado por un horno en la casa que le había comprado su hijo. No era casual que Walt Disney se empeñase en dejar a Bambi sin madre. Tampoco que, de todos los títulos de su factoría que llegó a ver hasta su muerte en diciembre de 1966, Bambi fuese la película favorita de Walt Disney.

Bambi, que recibió tres nominaciones al Oscar (mejor sonido, canción y banda sonora original de una película dramática o comedia), tuvo una segunda oportunidad. Se reestrenó en 1947, ya en tiempos de paz, y ahí sí que contó con el respaldo del público. A España no llegaría hasta septiembre de 1950. El nudo en la garganta que produce la muerte de la madre de Bambi seguro que es el mismo. Allí y aquí. Ahora y hace 80 años.