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Imagen de la película La vallée des fous

Imagen de la película La vallée des fous

Cine

Las dos películas que han dado un soplo de locura al Festival de Roma

The Trainer y el nuevo filme del director de la aclamada De dioses y hombres marcan la quinta jornada de la Fiesta del Cine de Roma

Serán las fortuitas coincidencias de la programación o el consabido duende juguetón pero lo cierto es que un soplo de locura atravesó la quinta jornada de esta 19ª Fiesta del Cine de Roma. Esa locura real se introduce en el contexto de una regata virtual que convoca a cientos de miles de aficionados a la barca a vela en solitario que no tienen ni los medios económicos ni la capacidad física de afrontarla en una carrera imaginaria como la Vandea Global, creada en 2006, y que está en el centro de la narración del filme francés La vallée des fous de Xavier Beauvois.

Y la locura personal es la que se produce en la mente del británico Tony Kaye, célebre director de cortos, documentales, vídeos musicales y spots televisivos, además de un filme original y anticonformista como American History X, que en The Trainer se pone al servicio del actor, productor, guionista y performer Vito Schnabel para un descabellado y aparentemente desordenado filme sobre un sombrero capaz de potenciar las moléculas de la esperanza que todo ser humano posee sin saberlo.

Beauvois se hizo famoso en 2010 ganando con De dioses y hombres la Palma de Oro en Cannes y el César francés del año siguiente y desde ese entonces ha llevado adelante una pausada filmografía al ritmo de un largometraje por trienio.

La vallée des fous es una zona en la Bretaña francesa famosa por ser la meca de veleristas y navegantes solitarios y la región natal del protagonista, que intenta remediar su desastre financiero ganando el primer premio de 30 mil euros de la regata virtual Vandea Globe.

Viudo reciente, peleado con su hijo mayor, padre amoroso de una adolescente y dueño de un restaurante regional cargado de deudas, el hombre afrontará las peripecias de un viaje en solitario en una nave plantada en el tranquilo jardín de su casa y empleará esos tres meses de aislamiento ficticio para entrar en paz consigo mismo y con su familia.

Jean-Paul Rouve, veterano de un centenar de películas, es el protagonista del filme con el apoyo del otrora célebre cómico del cine francés de los años sesenta y setenta del siglo pasado, Pierre Richard, como su octogenario padre, y de una excelente Madeleine Beauvois, hija del realizador.

La vallée des fous es el pendant natural del precedente filme de Beauvois, Albatros, del 2021 en el que había retratado al escritor y navegante solitario francés Bernard Moissetier. Pero la mayor calidad del realizador es la de haber sabido mantener el suspense original de esa carrera virtual que millones de personas siguen apasionadamente por internet, acompañándola con una historia de autoconciencia personal.

Tony Kaye logra reunir todas sus actividades de director de videos musicales y spots televisivos en este filme que no cesa de echar polvareda a los ojos del espectador en un galimatías donde se alternan ritmos explosivos, montaje trepidante, actuaciones desbocadas y absurdos argumentales que desembocan en un producto visual que cansa y al mismo tiempo fascina y que nunca deja indiferente.

Vito Schnabel, hijo del más célebre artista visual y cineasta Julian Schnabel, exhibe un físico de atleta y una melena rubia a lo Marilyn Monroe para encarnar a un joven extravagante cuyo sueño es vender un sombrero metálico de su invención que, a su entender, potenciaría unas supuestas moléculas de la esperanza, escondidas en el cerebro.

En la vana quimera de vender su invento, Jack no solo deberá cobrar conciencia de la mentira en la que ha convertido su vida sino también en la mentira en la que se han transformado las relaciones humanas con la llegada de las redes sociales.

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