La serie de culto que Scorsese abandonó tras ver un solo episodio

Leyenda, maestro, visionario... Son muchos los calificativos que, a lo largo de los años, se han atribuido a Martin Scorsese. Su conocimiento fílmico es, cuanto menos, extremadamente granular y extenso, lo que justifica su título de uno de los cineastas más influyentes de todos los tiempos. Su enfoque visceral y su profunda devoción por la realización cinematográfica han inspirado a generaciones de artistas no solo en la dirección y la escritura de guiones, sino también a aspirantes a actores y a cualquier otra persona enamorada del Séptimo Arte.

Lejos de ser uno de los mayores directores de todos los tiempos, también es uno de los mayores cinéfilos. Como firme defensor del cine como obra de arte, Scorsese se ha pronunciado en contra de las historias de superhéroes de gran presupuesto. En cambio, deja a un lado su escepticismo cuando se trata de cineastas más alternativos que dejan en su metraje su visión particular del mundo.

Sin embargo, hay una excepción notable. En una entrevista de 2019 con Sight and Sound, el director de Uno de los nuestros reveló que apenas podía aguantar un solo episodio de una de las series de televisión más prestigiosas jamás realizadas, y explicó que simplemente no creía que fuera auténtica.

«Creo que solo vi un episodio de Los Soprano», reconoció. «No me puedo identificar con esa generación del submundo. ¿Viven en Nueva Jersey con grandes mansiones? No lo entiendo. ¿Usan lenguaje de cuatro letras delante de sus hijas, en la mesa? No lo entiendo. Simplemente no crecí de esa manera».

A primera vista, es difícil de comprender. Scorsese ha reflejado el mundo de los mafiosos y sus familias una y otra vez a lo largo de su carrera, demostrando el mismo interés por la psicología de este tipo de personajes que el showrunner David Chase mostró en su amada serie. De hecho, estaría justificado suponer que Los Soprano fuera su serie favorita de todos los tiempos. El propio Chase estuvo muy influenciado por el trabajo de Scorsese al crear Los Soprano e incluso presentó un «cameo» ficticio del cineasta en el episodio 2, 46 Long, de la primera temporada de la serie.

Sin embargo, el director tiene buenas razones para ser quisquilloso con el tema. Scorsese creció en el barrio Little Italy de Manhattan en las décadas de 1940 y 1950, y esta educación es lo que ha inspirado muchas de sus películas sobre el inframundo criminal de la ciudad. Tony Soprano, por otro lado, vive en los suburbios de Nueva Jersey en una casa grande, lo que demuestra los grandes cambios en el estilo de vida de un mafioso de la ciudad de Nueva York desde la infancia de Scorsese hasta el siglo XXI. Ambos vivieron mundos reales, pero completamente distintos.

Scorsese también declaró que no podía entender el lenguaje que usaban los personajes de Los Soprano en la serie. Le pareció chocante que los mafiosos usaran «palabras de cuatro letras» delante de sus familias e hijos, en lugar de usar un lenguaje más conservador o eufemístico que habría sido más popular durante su infancia. Si bien estas críticas pueden parecer superficiales, tiene sentido que Scorsese inicialmente se alejara de la serie porque no representaba el estilo de vida con el que más se identificaba.