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La Ópera Garnier afronta su 150 aniversario oculta bajo una lona publicitaria

La Ópera Garnier afronta su 150 aniversario oculta bajo una lona publicitariaEFE

La Ópera Garnier de París celebra su 150 aniversario oculta bajo una lona y con un futuro incierto

La sede histórica de la ópera parisina trata de sumarse al impulso de los Juegos Olímpicos de París y la reapertura de Notre Dame para resurgir en 2025 como gran foco cultural de Francia

Con una ceremonia en la que se interpretaron fragmentos de la ópera La Juive de Jacques Fromental Halévy, Les Huguenots de Giacomo Meyerbeer, o del ballet Le Corsaire de Adolphe Adam y Joseph Mazilier, se inauguraba el 5 de enero de 1875, hace hoy 150 años, la gran Ópera Garnier de París.

La mayor parte de la historia de la música se ha escrito en unos pocos escenarios. Tenemos la Scala de Milán, el Gran Teatro de La Fenice en Venecia, el Teatro San Carlos de Nápoles, la Ópera de Viena o su Musikverein, la Opera House de Londres y, por supuesto, la Ópera Garnier de París.

La inauguración de la Ópera Garnier, a la que, por cierto, asistió el Rey de España Alfonso XII, desveló un edificio concebido como un reflejo del palacio de Versalles, o del cercano de las Tullerías, para la música.

El Palacio Garnier dejó de lado las líneas austeras neoclásicas con las que habitualmente se construían auditorios y teatros de la ópera para configurar una explosión barroca con frisos, volutas, columnas y capiteles dorados, retorcidos, cubiertos de terciopelos, techados en oro y frescos, enmarcado en mármoles y espejos.

El majestuoso resultado es un homenaje a las tradición musical y escénica de occidente desde el teatro clásico griego hasta los grandes compositores europeos del período de la música barroca, clásica y romántica.

La Ópera Garnier celebra este domingo el 150 aniversario de su apertura de puertas en el noveno distrito de la capital francesa. Se trata de una conmemoración agridulce, pues la institución se encuentra en dificultades ante la necesidad de reformas urgentes en medio de estrecheces financieras, informa Efe.

La gran lona publicitaria que oculta parcialmente la fachada principal sumida en unas obras interminables simboliza perfectamente el estado en que la institución afronta su aniversario.

Con todo, la Ópera Garnier afronta su aniversario con optimismo y con la esperanza de que sus 150 años de historia sirvan de revulsivo para abrir una nueva etapa que dé paso a una nueva edad de oro.

Lo cierto es que el contexto social y cultural de Francia, y en particular de París, invitan al optimismo. París, pese a la compleja situación política de la República, ha vivido un buen 2024 con el éxito organizativo de los Juegos Olímpicos –pese a las nefastas decisiones artísticas en las ceremonias de inauguración y clausura– y la reapertura de la reconstruida Catedral de Notre Dame.

En ese sentido, la capital gala necesita que otro de sus grandes símbolos culturales, la Ópera Garnier –relegada a sede subsidiaria de la Ópera Nacional que tiene en la moderna Ópera de la Bastilla su sede principal–, renazca y vuelva a ser una plaza de referencia.

El edificio es producto de la genialidad del arquitecto Charles Garnier. El edificio surgió por iniciativa del emperador Napoleón III que, tras la destrucción por un incendio de la Ópera de Le Peletier.

Garnier era un arquitecto entonces apenas conocido, de 35 años, pero su proyecto de teatro con dos entradas (una para los abonados y otra para el emperador) y con capacidad para 2.000 espectadores fue elegido por unanimidad.

El escenario tiene 48 metros de ancho, 60 metros de altura y 27 de profundidad, y por él no solo han pasado figuras legendarias, como la soprano Maria Callas, sino que también ha sido un lugar de inspiración para los artistas, como Gastón Leroux, autor de la novela El fantasma de la ópera (1910).

Aunque el 150 aniversario se cumple este domingo, la Ópera prepara todo un 2025 de celebraciones que tendrán su primer plato fuerte en una gala especial el 24 de enero.

Estará inspirada en la programación de la apertura de 1875 y en ella participarán todos los artistas y estudiantes de las escuelas de la Ópera –músicos, cantantes y bailarines–, bajo la dirección musical de Thomas Hengelbrock y la puesta en escena de Victoria Sitjà. También contará con artistas invitados como el tenor peruano Juan Diego Flórez.

Unos días antes, el 17 de enero, habrá un concierto dedicado a Georges Bizet y sus contemporáneos, que ha sido encargado a artistas que hacen su residencia en la ópera.

En mayo habrá otro evento especial de aniversario, un concierto de embajadores Rolex que contará con la orquesta filarmónica de Viena, y los espectáculos se complementarán también con una exposición en la Biblioteca Nacional, encuentros y visitas especiales para el público, entre otras iniciativas.

Y al margen de eso, por supuesto, se seguirá desarrollando la programación de la temporada en curso.

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