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José Bretón asesinó a sus hijos en uno de los crímenes más atroces de la historia reciente de España

José Bretón asesinó a sus hijos en uno de los crímenes más atroces de la historia reciente de EspañaGTRES

El sanchista Luisgé Martín da voz al criminal José Bretón en un libro sobre el asesinato de sus hijos

Luisgé Martín entrevistó a José Bretón en la cárcel y, junto con la investigación del crimen, plasmó el resultado en el libro El odio

La moda del género true crime —que engloba las obras centradas en crímenes reales que se tratan con una amplia documentación, como si de una investigación periodística se tratara— se está yendo de las manos.

Y como prueba, el último libro del escritor izquierdista Luisgé Martín, El odio. Presentada por la editorial como un intento de «descifrar la mente de un asesino», «un libro perturbador sobre un crimen atroz», el libro se centra en el cruel asesino José Bretón, quien mató a sus hijos, Ruth y José, de seis y dos años, el 8 de octubre de 2011.

El libro de Luisgé Martín, reconocido sanchista que llegó a escribir discursos para Pedro Sánchez y habitual de los círculos culturales promovidos por la izquierda, es una muestra de absoluta falta de escrúpulos, una obra que no parece tener más pretensión que la vanagloria personal del autor, aunque ello cause un enorme dolor en terceras personas.

Aquí cabe preguntarse si El odio es una obra de interés documental o un mero ejercicio de morbo cercano a la basura mediática que juega con el dolor de una familia por el asesinato de dos niños muy pequeños, para mayor gloria del escritor, aunque ello suponga dar protagonismo a un asesino como Bretón, que debería limitarse a criar hongos en la cárcel.

Como recuerda el libro, el caso del asesinato de los hijos de Bretón tuvo un enorme eco mediático en su momento.

El asesino en un comienzo afirmó que los niños habían desaparecido en un parque público. En realidad, los asesinó en un plan meditado y luego quemó sus cuerpos únicamente para hacer daño a la madre.

La Audiencia Provincial de Córdoba condenó a Bretón a 40 años de cárcel por doble asesinato con agravante de parentesco, premeditación y crueldad.

Pocos crímenes en la historia reciente de España han resultado más escalofriantes que este y, sin embargo, hete aquí que al responsable se le hace protagonista de un libro que pretende ser algo así como el A sangre fría de Capote español con un resultado cercano a la pornografía literaria.

En un artículo en El Confidencial firmado por el propio Luisgé Martín, el autor —también un referente del movimiento lgbt que hizo campaña a favor de la ley trans— trata de poner la venda antes de la herida y se justifica ante un libro que, evidentemente, le va a granjear un sinfín de críticas, pero también una lucrativa polémica que probablemente se traduzca en muchos ejemplares vendidos, que al final es de lo que se trata.

En dicho artículo, Luisgé Martín adopta una actitud condescendiente hacia el asesino, destaca sus cartas en las que muestra arrepentimiento y se plantea si ese arrepentimiento es sincero o un intento de manipulación.

Se trata de un debate estéril ya que el arrepentimiento de un hombre que ha matado a sus hijos de 6 y 2 años puede ser muy satisfactorio para su bienestar espiritual, pero es absolutamente irrelevante de cara a la sociedad.

Una sociedad que debe condenar a un hombre como Bretón, que jamás podrá encontrar su sitio en comunidad y que a lo único que puede aspirar es a un cumplimiento íntegro de la pena impuesta ante un mal que jamás podrá reparar.

Lo más desagradable del libro, y del artículo que Luisgé Martín firma en El Confidencial, es el haber dado voz a un psicópata asesino, que trata de justificarse, que llega a afirmar que asesinó a sus hijos no como venganza contra su mujer por abandonarlo, sino por el bien de los menores, para que no se criaran con la familia de la madre, a la que considera tóxica. Aunque inmediatamente asegure que se arrepiente.

Pero la repugnancia llega a su máximo extremo cuando Bretón describe cómo machacó las pastillas de Orfidal, las disolvió con agua y azúcar y se las dio a beber para que no sufrieran, afirma, al ser asesinados…

En definitiva, ¿era necesario este libro? En absoluto. Dar voz a un asesino monstruoso como Bretón ¿generará algún bien a la sociedad o a la familia de los niños? Todo lo contrario.

Entonces ¿para qué realizar un libro como El odio donde el psicópata Bretón encuentra un escenario para proclamar su mensaje?

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