La subdirectora del Reina Sofía saca pecho de la descolonización del Museo y apunta al «género» y al feminismo

Dice la mexicana Amanda de la Garza, nueva subdirectora artística del Museo Reina Sofía, en una entrevista para El País, que «el Black Lives Matter ha impuesto una agenda social política a los museos, la inclusión de artistas afroamericanos, incluso que haya puestos de trabajo que tienen que ver con la diversidad al interior de los museos».

Después de leer esto, pocas conclusiones quedan por sacar (si es que quedaban aún) del rumbo ideológico al que se va a abocar definitivamente el Museo madrileño. De la Garza lo expresa en su creencia de que los museos «deben asumir ciertos riesgos, y tener la vocación de transformar ciertas perspectivas sobre el arte, sobre la producción, revisiones, no solo el cometido de normalizar lo que ya de por sí está aceptado».

Ahí queda dicho: «Revisiones». Admite la comisaria que el Reina Sofía, como la Tate Modern de Londres, ya tiene una «posición de liderazgo» como referente de la descolonización en un país donde no existieron las colonias, por mucho que ya haya pasado el ministro Urtasun a señalar piezas coloniales, por ejemplo en el arte ibero.

Y no solo de descolonización piensa vivir De la Garza, sino también del feminismo: «La parte de género es importante para mí, cómo el feminismo ha planteado las relaciones de poder y lo que significa el poder y cómo interactuamos entre todos». Dice que los circuitos artísticos son «globales y de intercambio constante», y que los museos están, «repensándose en términos de su historia, historia colonial».

«Repensar el canon artístico», lo mismo que defiende la peruana Sandra Gamarra, autora de la exposición del pabellón español en la Bienal de Venecia, donde se difunde la leyenda negra, quien piensa que el arte contemporáneo es un concepto occidental.