'Las grandes vicisitudes del caballero Azanza': ascenso, apogeo y caída de un ignorado ministro del Antiguo Régimen

Casi ningún español sabría hoy decir quién fue Miguel José de Azanza. Sin embargo, este navarro nacido a finales del siglo XVIII tuvo una carrera de todo menos discreta: fue ministro de Guerra con Carlos IV, brevemente de Hacienda con Fernando VII y virrey de Nueva España. Sin embargo, su legado histórico se ha visto ensombrecido por el estigma de ser considerado un «afrancesado». Azanza fue uno de los españoles más notables que, en 1808, reconoció al «Rey Intruso», José Bonaparte, y fue su principal ministro en los gobiernos afrancesados que con poca fortuna intentaron controlar España durante la Guerra de Independencia (1808-1814). Como tantos otros españoles afrancesados, aquella decisión le convirtió para siempre en un traidor a ojos del resto de sus compatriotas y tras la derrota de Napoleón tuvo que huir al exilio, en el que murió en 1826.

En Las 'grandes vicisitudes' del caballero Azanza, minuciosamente investigado a través del archivo personal de Azanza, además de otras fuentes primarias y de una enorme bibliografía, el catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Sevilla Manuel Moreno Alonso demuestra su acreditado dominio de la historiografía política y social de la crisis del Antiguo Régimen. Nos relata detalladamente el ascenso, apogeo y caída de este ignorado ministro en el marco histórico que le rodeó.

¿Pero por qué merece la pena rescatar para la memoria la figura de un ministro afrancesado? Porque, como explica el autor: "El olvido de una personalidad como Azanza es común a la de tantas otras de su generación, cuya existencia parece haberse borrado por completo de la memoria”. Las páginas de este libro, a través de los ojos de Azanza, cubren un periodo turbulento y convulso de la historia de España, desde el esplendor del reinado de Carlos III hasta la debacle de la Guerra de Independencia, la pérdida del Imperio y los numerosos intentos de revolución liberal.

Por eso el lector verá que el interés principal del libro no radica solo en la figura de Azanza, sino en el retrato que se presenta de toda una generación de políticos y estadistas españoles. Las experiencias de Azanza ilustran de manera elocuente el contexto de una generación que se formó en el reformismo ilustrado de Carlos III, enfrentó los años críticos del reinado de Carlos IV y tuvo que tomar decisiones drásticas ante la crisis general de la Monarquía Hispánica en 1808. En las páginas del libro, acompañamos a Azanza desde la Habana y Ciudad de México hasta Berlín, San Petersburgo y París, pintando un colorido retrato del mundo en el salto entre los siglos XVIII y XIX.

En su segunda mitad, el libro se interna en el papel de Azanza como fiel servidor de José Bonaparte. Es en esta parte en la que Moreno Alonso aborda la pregunta fundamental: ¿qué llevó a un puñado de españoles a ponerse al servicio del rey francés en contra del gran alzamiento patriótico del pueblo español? Gracias a los papeles de Azanza, incluida la memoria justificativa que redactó tras la guerra, el autor nos permite entender la mentalidad de los afrancesados y las razones que llevaron a muchos de ellos a creer que el servicio más leal a la Corona pasaba por aceptar la nueva dinastía.

En conclusión, el libro de Manuel Moreno Alonso sobre Miguel José de Azanza no solo resucita la figura de un hombre olvidado en la historia española, sino que también ofrece una ventana fascinante a un período de transformación y convulsión en España. Ya sea para aquellos que quieran saber más sobre la América española y el funcionamiento de la sociedad virreinal, sobre las luchas políticas de la Guerra de Independencia o sobre el fenómeno de los afrancesados, el libro aborda con enorme rigor histórico todas estas facetas. A través de la vida de Azanza, el autor pinta un cuadro vívido de una generación de políticos y estadistas que vivieron tiempos tumultuosos y tomaron decisiones cruciales para el futuro de España. El libro de Manuel Moreno Alonso es una contribución esencial para entender mejor la historia de España en el tránsito del siglo XVIII al XIX.