'Una derrota gloriosa': ¿y si a Napoleón le hubiera salido bien la invasión de Inglaterra?
Agustín Guimerá lidera a un grupo de historiadores que presentan muy interesantes y variadas perspectivas sobre Trafalgar, la más famosa batalla naval de las Guerras napoleónicas
Uno de los personajes más interesantes del siglo XVIII español, con todos sus claroscuros, por supuesto, fue el ilustre e ilustrado murciano José Moñino y Redondo, más conocido por el título que le concedió el monarca Carlos III: conde de Floridablanca. Como secretario de Estado de Carlos III y Carlos IV, Floridablanca demostró poseer un gran olfato político y estratégico, y a lo largo de su desempeño ministerial consideró que el mayor peligro para los intereses españoles era la Gran Bretaña, especialmente a través de una de sus herramientas más mortíferas: la Royal Navy.
Como otros antes que él, Floridablanca apostó decididamente por reformar y fortificar la Armada Real, primera defensa de la Monarquía española y sus territorios de ultramar contra los británicos, y así lo dejaba patente en un escrito fechado en 1787 (dos años antes de la Revolución francesa): «Siendo como es y debe ser la España potencia marítima por su situación, por la de sus dominios ultramarinos y por los intereses generales de sus habitantes, y por el comercio activo y pasivo, nada conviene tanto y en nada debe ponerse mayor cuidado que en adelantar y mejorar nuestra Marina».
Estas palabras, sensatas como pocas, de Floridablanca son las elegidas por Agustín Guimerá para comenzar la introducción del nuevo libro Trafalgar. Una derrota gloriosa, publicado por la Editorial Desperta Ferro. En nuestra opinión, no podría haber elegido mejores palabras, ya que lo que estas manifiestan, a través de una mentalidad pragmática como la de Floridablanca, es una desvinculación de todo partidismo en torno a las facciones involucradas en la contienda, y subraya lo que verdaderamente importa e interesa a las mentes despiertas sobre Trafalgar, que no es si vencieron unos o si salieron derrotados otros, sino lo fundamental que resulta el ámbito marítimo y la guerra que en él se lleva a cabo a finales del siglo XVIII y en adelante, y especialmente la razón última que provocó la batalla: el plan de invasión de Inglaterra por Napoleón.
El caso de las Guerras napoleónicas será uno de los primeros (con el permiso de la Guerra de los Siete Años) en los que el control del mar se muestre como piedra de toque para los grandes conflictos que sucederán después. Por ello, el estudio y comprensión de la batalla de Trafalgar, acaecida el 21 de octubre de 1805, pero sobre todo las razones que condujeron al choque armado y las consecuencias que de este se derivaron, son fundamentales para comprender correctamente el desarrollo de las posteriores campañas napoleónicas en Europa. Implicó, nada más y nada menos, que el abandono del plan de Napoleón de invadir Inglaterra y la obtención definitiva por Gran Bretaña de la superioridad en el mar sobre las otras dos grandes potencias marítimas, Francia y España, y que mantendría el resto de la contienda.
desperta ferro / 336 págs. + 16 a color
Trafalgar. Una derrota gloriosa
Pero vayamos al desglose del volumen que nos presenta Agustín Guimerá, del Instituto de Historia del CSIC, como editor de este, liderando a un plantel de historiadores especializados en la batalla, o en las armadas que protagonizaron la lid, o en las relaciones entre los Estado que intervinieron, o en las políticas de estos a finales del siglo XVIII. Así, para empezar, Emilio La Parra, gran especialista en la Monarquía española del periodo, ofrece una extraordinaria síntesis de todo aquello que hay que conocer sobre España, su situación interna y sus relaciones exteriores, para estar bien situado en Trafalgar. Después, desde lo general a lo concreto, María Baudot, Agustín Guimerá y Richard Harding ofrecen tres bosquejos sobre lo que eran la Real Armada, la Marine Impériale y la Royal Navy, respectivamente, en 1805. Tras estos, llega el núcleo del volumen en los capítulos 6, 7 y 8, en los que Michael Duffy, Rémi Monaque y Agustín Ramón Rodríguez González ofrecen las tres perspectivas distintas del enfrentamiento, británica, francesa y española, respectivamente. Ya hacia la conclusión, Agustín Guimerá ofrece un interesante capítulo acerca de eso que nunca se cuenta de las batallas, es decir, el día después, para cerra el volumen Carlos Alfaro en el capítulo 10 con una interesantísima aportación sobre la memoria colectiva forjada sobre la Trafalgar.
El trabajo que nos ofrecen los editores de Desperta Ferro aquí no debe pasar desapercibido, pues trasluce ingentes cantidades de esfuerzo, seriedad y objetividad, al reunir en un mismo libro, que además va dirigido al público general, a un plantel de historiadores especializados procedentes de los países que intervinieron en la batalla, y que la afrontaron desde tres perspectivas distintas reflejadas en sus páginas. Este es, pues, para aquellos interesados en las Guerras napoleónicas, un libro necesario.
Muchas cuestiones concretas son las que merecen ser comentadas del libro, pero ante la imposibilidad de hacerlo no nos resistimos a elegir centrarnos en uno de los temas más interesantes, planteado por el historiador francés Rémi Monaque, que al comienzo del capítulo 5 señala: «Algunos historiadores franceses […] siguen defendiendo la idea de que, en la mente de Napoleón, los preparativos de la invasión [de Inglaterra] no eran más que un enorme farol dirigido a aletargar la vigilancia de Austria y Rusia antes de asestar a estos países un golpe decisivo». Monaque, tras un razonamiento muy sólido a nuestro parecer, descarta esta hipótesis, optando razonablemente por creer en el plan real de la invasión de Inglaterra. Y nos preguntamos, ¿qué habría pasado si la victoria en Trafalgar hubiera caído del lado franco-español? ¿Es posible que las acciones ocasionadas por el resultado en Trafalgar influyan la interpretación que los historiadores del presente hacen a posteriori de los planes del emperador francés? De alguna manera, esto es lo que se puede llegar a pensar leyendo este volumen, que ofrece numerosas e interesantes hipótesis que construyen, como se debe, la historia de la batalla de Trafalgar.