El Matabúlgaros, fuego griego y los nacidos en la púrpura: el apogeo de Bizancio
Se sigue editando la importante obra de John Julius Norwich. En esta segunda entrega, le llega el turno al apogeo de la corte constantinopolitana, desde el convulso siglo IX hasta finales de un no menos complicado siglo XI
El pasado día 8 de noviembre de 2024 finalizaba una de las exposiciones más interesantes a las que hemos podido asistir este año: Un universo de imágenes: el Skylitzes Matritensis. Desde el pasado 6 de junio, y hasta el citado 8 de noviembre, todos pudimos acercarnos a la Biblioteca Nacional de España para apreciar una de las mayores joyas bibliográficas de la historia, y uno de los mayores tesoros de nuestra Biblioteca. El Skylitzes Matritensis –manuscrito datado en el siglo XII y ricamente ilustrado que contiene la Sinopsis de la historia del historiador bizantino Juan Escilitzes– recoge la narración del periodo que se extiende desde la muerte de Nicéforo I Logothetes en 811 hasta la deposición de Miguel IV «El Paflagonio» en 1057. Curiosamente, el mismo periodo de tiempo es el que se recoge en el segundo volumen sobre Bizancio de John Julius Norwich, El apogeo, que –¡oh hados!– publicó Ático de los Libros tan solo tres días después de la finalización de la exposición, el 11 de noviembre.
Más allá de apreciar la inmensa suerte con que contamos al albergar en la BNE tamaña joya (junto a otras muchas), y la mera coincidencia de que hubiera un lapso de tres días entre la finalización de la exposición y la publicación del libro, poca duda puede caber de que la sociedad española está empezando a quedarse sin excusas para imbuirse de historia, arte o cultura bizantina.
Traducido por Luis Noriega
Ático de los Libros (2024). 528 páginas
Bizancio. El apogeo
Así pues, comenzar por Norwich para los neófitos no tiene sino ventajas, como la facilidad de acceso a un tema poco manejado por el común gracias a la ágil y experta pluma del autor británico. Pero lo más importante es que, debido al tipo de trabajo, la obra de Bizancio sorprenderá gratamente también a los versados, pues es capaz de exponer clara y sintéticamente cuestiones complejas y áridas, como el de la iconoclastia de entre los siglo IX y X, o el desastroso Cisma de Oriente ya en el siglo XI.
Por otro lado, si los temas señalados los consiguió hacer Norwich no solo digeribles sino además interesantes, no digamos cómo nos presenta otros temas –que a muchos nos cautivaron totalmente en los años universitarios– como las campañas contra los búlgaros llevadas a cabo por el emperador Basilio II Boulgaroktonos («Matabúlgaros»); el empleo de la temible arma secreta bizantina en la guerra naval, esto es, el «fuego griego», contra los barcos sarracenos (aquella sustancia a base de brea altamente inflamable y muy difícil de apagar, que tuvo una influencia directa en la invención del «fuego valyrio» por el escritor estadounidense G.R.R. Martin); o el tan bizantino apelativo de Porfirogéneta, «nacido en la púrpura», título conferido a aquellos príncipes que cumplían con el requisito de haber nacido durante el momento en que su progenitor ejercía como soberano del Imperio, siendo esencial que esos príncipes fueran alumbrados en la Sala de la Púrpura del Gran Palacio de Constantinopla. Y un largo etcétera.
A la mejor compresión de la obra ayuda la solvente traducción a cargo de Luis Noriega. Así pues, entre la misma condición de la obra y la traducción, no exageramos en decir que la narración se disfruta como una novela. De hecho, las intrigas vividas en las salas y estancias del Gran Palacio de Constantinopla harían palidecer al más desalmado de los Lannister de Martin.
La estructura del libro es cronológica, dividida en veinte capítulos (desde la llegada al poder de Nicéforo I en 802 hasta la importantísima batalla de Manzikert, en 1059, y sus consecuencias –auténtico final del poderío bizantino en la región anatólica–, así como la llegada de los Comneno). conviene recordar que este volumen se sitúa en el punto intermedio de una trilogía, y que Manzikert y Alejo Comneno solo son el principio de la última etapa bizantina.
Poco queda decir, sino que el lector encontrará entre las páginas del libro todo un rosario de individuos tan interesantes y atractivos como el general Jorge Maniaces, el supuesto Gyrgir de las sagas escandinavas, que fue asistido por la guardia varega liderada por el posteriormente rey de Noruega, Harald Hardråde.