
Meandros del río Nowitna
‘Ríos de olvido y memoria’: la herencia silenciosa de la Shoá
Un libro que nos sumerge en las fisuras de la memoria colectiva, explorando los silencios y secretos que aún resuenan en la identidad judía en Polonia
«¿Te das cuenta de que vives en un brazo muerto del río? El caudal ha ido haciendo meandros, un brazo ha quedado aislado y se ha ido secando. ¿Lo ves? ¿O quizás no quieras verlo?». Estas palabras pertenecen a la primera obra de ficción Rejwach (2017), del fotógrafo y psicólogo Mikołaj Grynberg (Varsovia, 1966), escritor que sobresale por sus estudios sobre el Holocausto y la identidad judía en Polonia. El universo narrativo imaginario de la obra que, en su traducción al castellano toma su título de la metáfora del río, se alza sobre un escenario impregnado de silencio y olvidos; si mediante la expresión «brazo muerto» se hace referencia a los acontecimientos históricos que han sido desvinculados del presente y olvidados, el río representa la historia como un flujo constante que arrastra a las generaciones. Un brazo muerto del río marca un giro destacado en la carrera del escritor polaco. Hasta entonces se había centrado en el género de no ficción con libros documentales, basados en las entrevistas con supervivientes de la Shoá que emigraron a Israel, y que giran en torno a las relaciones entre polacos y judíos y al antisemitismo, como Survivors of the 20th Century (2012), I Accuse Auschwitz: Family Stories (2014) y The Book of Exodus (2018). Tras realizar una extensa labor de documentación sobre la experiencia judía antes, durante y después del Holocausto en su país natal, Mikołaj Grynberg reúne en Un brazo muerto del río treinta y una historias, a través de las cuales da voz a aquellos cuyas vivencias fueron ignoradas o vulneradas, y ofrece un espacio para que quienes las protagonizaron puedan expresar sus miedos y sus traumas. La obra es un testimonio literario sobre las fracturas de la memoria y las tensiones entre la identidad personal y colectiva. Por medio de unos monólogos breves, de tono intimista y acompañados de imágenes, Grynberg explora la intrincada relación entre Polonia y su herencia judía e invita a reflexionar sobre la ocupación nazi y las consecuencias del comunismo en el país.

traducido por Maila Lema Quintana. Acantilado (2025). 144 páginas
Un brazo muerto del río pone en juego la figura del autor dentro de la narración, algo que el escritor polaco ha venido haciendo en sus trabajos anteriores, donde sus experiencias familiares y su historia personal han ocupado un lugar destacado. Según confiesa el autor, el estilo narrativo del libro surge de la necesidad personal de narrar historias en sus propios términos, libre de las limitaciones de la documentación y del compromiso con la verdad de los testimonios ajenos. La estructura de estas miniaturas narrativas, que ha sido descrita por algunos críticos como «microficciones al estilo Régis Jauffret», permite que el escritor aborde el silencio y los secretos familiares, revelando cómo muchas familias judías tuvieron que ocultar su identidad para proteger a sus hijos del estigma y la discriminación y que lo haga con un estilo que prioriza la contención y la concisión.
La estructura no lineal y las voces narrativas crean una atmósfera de desorientación que brota como reflejo del proceso de recuperación de la memoria en un contexto traumático: «Parece que las personas tienen que sufrir alguna tragedia personal para que su mente y su corazón se abran». Mikołaj Grynberg juega con la idea de que la memoria histórica no es un proceso lineal ni estático, sino dinámico que se reconfigura a medida que las generaciones posteriores intentan reconciliarse con lo sucedido; revela así la dificultad inherente a la tarea de revivir el pasado y la carga emocional de hacerlo, un tema que ha sido recurrente en la obra de algunos escritores de Europa Central que abordan los legados del totalitarismo y la guerra.
Un brazo muerto del río no solo representa un hito destacado en la escritura de Mikołaj Grynberg, sino también una continuación de su preocupación por la memoria histórica y las identidades en conflicto. El escritor se adentra en los dilemas contemporáneos de pertenencia, alienación y la persistencia del antisemitismo en la sociedad polaca, explora el trauma de quienes desean comprender y transmitir el sufrimiento de su pasado y crea un espacio de reflexión sobre el impacto de dichos eventos traumáticos en la identidad y en la sociedad contemporánea.Un brazo muerto del río invita a la reflexión sobre el papel de la memoria histórica en la conformación de la identidad personal y colectiva y revela el abismo existente entre la verdad histórica y la verdad política o los relatos oficiales. A través de una narrativa conmovedora y compleja, Grynberg articula los desafíos de vivir en un país que está atravesado por algunas cicatrices de su pasado (las identidades ocultas bajo mantos de silencio, el aprendizaje que ha de seguir una mujer para ser hija de una madre judía, el suicidio ante la experiencia del gueto, los secretos familiares que aíslan y condenan a la soledad, las prohibiciones impuestas a los seres humanos a ser recordados, etc.), mientras desvela las tensiones entre recordar, olvidar y la responsabilidad de la memoria histórica. La novela destaca la importancia de no perder de vista esos «brazos muertos» del río, aquellos fragmentos del pasado que, aunque alejados de la corriente principal, siguen siendo fundamentales para entender el presente.