Xoel López, sobre su nominación a los Goya: «La música no es una competición»
El artista gallego, que presentó su nuevo disco, Caldo Espírito, con un lleno total en el WiZink Center, está nominado en la noche del cine español a mejor canción original por Eco, de la banda sonora de Amigos hasta la muerte
Él no está seguro de que haya algo que dure para siempre. Demasiados palos en el amor, demasiadas amistades que se han quedado por el camino, demasiados planes hechos pedazos. Sin embargo, el cantante Xoel López aceptó el desafío de su amigo Javier Veiga y compuso la canción principal de la película que dirige, guioniza y protagoniza su paisano, Amigos hasta la muerte. Wishful thinking, o pensamiento mágico que diría Joan Didion, pero lo cierto es que el tema Eco le ha granjeado al coruñés su primera nominación a los Premios Goya de este sábado 10 de febrero.
El cantante gallego compite (aunque no le gusta usar este verbo) con otros candidatos al cabezón: Rigoberta Bandini (Yo solo quiero amor para Te estoy amando locamente), Marina Herlop (Chinas para Chinas), Moresi Haberman y Sergio Bertran (La gallinita de Fernando para La imatge permanente) y Vetusta Morla y Valeria Castro (El amor de Andrea para El amor de Andrea).
El coruñés, que ni siquiera contaba con la nominación, explica en una entrevista con El Debate que le parece «un regalo», y que «no contaba con ella»: «Me ha parecido una sorpresa maravillosa».
Entrevista con Xoel López
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–¿Cómo se siente tras ser nominado por primera vez a un Goya?
–Me llamaron la mañana después del lleno del WiZink, que fue el 29 de noviembre. Estaba durmiendo mi resaca en lo que se suponía que iba a ser el primer día de descanso en mucho tiempo... Me dijeron: «¡Estamos nominados a los Goya! ¡Nos vamos a la Academia de Cine!». Así que tuve que darme una ducha y salir corriendo. Estaba agotado, llevaba soñando con esa mañana de descanso muchos meses, así que fue una buena noticia pero tardé en ilusionarme. Recuerdo ese día muy confuso.
–Como canta en Albatros, ¿siente que tiene que ‘reaccionar’ siempre?
–Sí, de hecho me acuerdo que lo dejé como para más adelante, porque esto es. Me imagino que es como el que cumple el día de Navidad. Sabes que se le juntas todo el chollo y es un poco difícil de imaginar, de gestionar. Me pasó un poco lo mismo, es decir, yo estaba más planteando que ahora lo que tocaba era un poco celebrar el concierto, no el bueno, esa también de salida del disco, etcétera y Y claro, de repente era como hostia, como combinamos ahora esto con lo del Goya, o sea, como entonces me acuerdo que esperé, puse cosas del concierto y tal, y luego una semana después dije bueno, a una semana ya más tranquilo que quiero recordar que bueno, tenemos esta, esta cosa que celebrar, no? En fin.
–Dice su amigo Iván Ferreiro que no entiende lo de competir en la música...
–Es que la música no es una competición; la competición en la música no es real. Pero los premios cumplen su función, aunque no creo que nadie piense realmente que una película es mejor que otra, que una canción es mejor que otra. Es una forma de celebrar o de publicitar las cosas. Estoy de acuerdo con mi compañero y paisano Iván Ferreiro: nunca entenderé la música como una competición. Al contrario; siempre me alegraré de los éxitos y sobre todo de la calidad musical de mis compañeros de gremio. A mí ya me han dado más premios en el mundo de la música, y siempre lo he celebrado con mis compañeros y se lo he dedicado a todos ellos. Lo relativizo mucho.
–Aunque lo relativice, ¿se ve con posibilidades de ganar?
–Lo veo difícil porque tengo competidores fuertes, como Rigoberta Bandini o Vetusta Morla. Hay una muy buena y sana competencia. Pero no cuento con el premio, ¡ni siquiera contaba con la nominación! Para mí ya es todo un regalo. Como músico nunca he pensado en los Goya. Cuando hice la canción, me acuerdo de que Javi Veiga, el director, guionista y actor de la película, me dijo que íbamos a ir a los Goya. Yo pensaba que era una broma... Así que cuando llegó la nominación (yo ni siquiera sabía cuándo se anunciaban, porque es algo que no existe en mi vida), le dije: «¡Eres brujo!».
–¿Es difícil el encargo de componer cuando procede de un amigo como lo es Javier Veiga?
–No es tan difícil, porque yo lo que hice fue encontrar qué había de mi mundo en el guion de la película de Javier. Tras leerlo, lo dejé reposar y un día en la ducha, literalmente, se me ocurrió la idea del eco, y me encajó. Tenía que ver con el final de las cosas, que es algo de lo que he escrito bastante en el último disco. Además, entendía que estaba totalmente entroncado con lo que es la idea fundamental, la esencia del guion de la película, que es una pérdida. Ese fue mi clic, mi disparador. Porque una canción no tiene que ser un resumen de la película, ni tiene que ser explícita. Hay que ir por una tangente, rodeando la idea. Lo explícito, en general, siempre me funciona mal.
–¿Es la música un lenguaje preferencial para hablar del final (de la vida, del amor…)?
–La canción habla sobre el fin de la vida, pero en este caso, de alguien que quieres. El eco se puede interpretar de muchas formas, pero mi intención era hablar del final de la vida, que es muy relativo, porque también puede ser metafórico: puede ser el final de la vida con alguien, de una parte o una faceta de la vida... En ese sentido, todo es muerte; todo lo que genera duelo es muerte. Es el mismo sentimiento en mayor o menor medida. Es una cuestión de grados.
–¿Considera que se puede ser «amigos hasta la muerte»?
–No pienso en esos términos; creo que alguien es mi amigo y punto. No le pongo grandes frases; tampoco lo hago conmigo mismo. No pienso en términos tan épicos. Es un título, y funciona, pero a mí también me pasa cuando escribo canciones: es una forma de hablar poética, pero yo soy más relajado, tengo los pies en la tierra. En general, creo que hacer planes no siempre es conveniente. Yo prefiero pensar en el día a día.
Creo que hacer planes no siempre es conveniente, prefiero pensar en el día a día
–¿No hay nada que dure para siempre?
–No lo sé. No lo puedo garantizar. Las relaciones se acaban, tanto en las parejas como en las amistades. O cambian, o se transforman para siempre... Por eso creo que es mejor no proyectar demasiado.
–La película habla sobre lo que uno haría si tuviera que marcharse repentinamente. Si se fuera a morir mañana, ¿qué haría Xoel López?
–Ahora me pasa una cosa rara, que me sucedió durante el confinamiento: no puedo tocar la guitarra. Normalmente yo me paso el día cantando y tocando. Pero hay épocas de barbecho, que es lo me sucedió cuando me fui a Argentina... y derivó luego en la época más fructífera y más musical de mi vida. A veces pienso que podría vivir sin la música, o que podría vivir sin tocar la guitarra, por lo menos un tiempo. Pero en realidad no. Cuando me fui de aventura por el mundo en 2008, estaba un poco saturado y cansado de lo mío... y acabé tocando con gente en todas partes. Es algo inevitable. Así que que hiciese lo que hiciese, acabaría tocando con unos palos y unas piedras, y cantando.
–¿Cómo va el descanso tras el lleno del WiZink Center y cómo afronta la gira?
–La siento muy intensa, porque estoy muy cansado, pero tengo muy buena sensación. Creo que he encontrado otra vez (porque no es la primera vez) una banda que armoniza muy bien, con la que estoy súper cómodo y a gusto. El lleno del WiZink fue el primer paso de lo que será la gira de este año 2024. Tengo muchas ganas de cantar las canciones de Caldo Espírito en directo, porque están muy nuevas y me apetece ver cómo funcionan en directo. Incluso lo estoy degustando, como quien se deja lo más rico para el final.
–¿Es necesario descansar?
–Desde luego. Sobre todo para mí es necesario llegar limpio y fresco, descansado; creo que va a ser fundamental para arrancar la gira del disco con con la energía que se merece. Descansamos porque es lo conveniente, porque es lo más sano, pero también es bueno para para el propio arte. Nada peor que ver a un artista cansado. No sólo se descansa por respeto a uno mismo, sino también por respeto al público.