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29 de junio de 2024

Pedro Sánchez y Nicolás Maduro

Pedro Sánchez y Nicolás Maduro

El «talent show» para gloria de Maduro en la televisión estatal de Venezuela, ¿la futura idea de Sánchez?

Después de la amnistía, todo es posible para el presidente español, que calca los pasos bolivarianos en su forma de gobernar

No son pocos los venezolanos emigrados de su país que han avisado en los últimos años de la deriva «bolivariana» de España. Lo vieron en los tiempos mejores de Podemos (con toda su cúpula deshecha en elogios a Chávez y financiada por su régimen), hoy felizmente terminados, por lo menos en lo que a las cuotas de poder se refiere.

Pero eso solo era el principio. Pablo Iglesias era menos Chávez que Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno, es Maduro. Las leyes democráticas se retuercen bajo su gobierno para acabar con ellas desde el principio. Ni la moción de censura que le encaramó al poder fue pergeñada con principios puros, sino espurios, previamente pactada con los enemigos de España, bandera en la cual acababa de envolverse para despistar.

Demasiado poco a poco y tarde (aunque nunca es tarde) los engañados van despertando del hechizo, como el antiguo escritor de cámara Javier Cercas, quien ha alertado de su despampanante y ya larga mentira. Sánchez ha mentido siempre para formar Gobierno. No convocó las elecciones prometidas tras la moción; dijo que nunca formaría Gobierno con Podemos... la lista es interminable y continúa.

Como en el acoso al poder judicial, empezando por la utilización de la Fiscalía como martillo de Thor a plena luz del día. Se está viendo con García Ortiz, quien perfectamente podría ser un esbirro gubernamental venezolano después de todo a lo que se está asistiendo, lo último (de muchas órdenes al dictado) la maniobra de tratar de imponer un criterio favorable a la amnistía de Puigdemont.

La deriva antidemocrática se extiende ante los ojos miopes de los españoles, mientras la corrupción del gobierno que llegó al poder denunciando la corrupción del anterior gobierno empieza a crecer como la hierba. La colonización de las instituciones es otra forma más de acabar con el contrario, objetivo fundamental para acabar con la alternancia democrática, del mismo modo que la demonización de todo aquel que no acepta las acciones del líder. Viajes paralelísimos y reales de Venezuela y España.

Ahora Nicolás Maduro, atado al poder, ha estrenado un reality musical al estilo de American Idol (La Voz, por ejemplo, en España) en la televisión estatal cuyo premio es participar en la campaña de Maduro para su reelección.

«Estamos del lado correcto de la historia / y juntos, con la verdad, vamos rumbo a la victoria», se ha llegado a escuchar cantar a un aspirante al ritmo de merengue, como a otro: «Nicolás Maduro, nuestro presidente / Hombre solidario que marca los precedentes / Leal y valiente, social y consecuente, dando respuesta inmediata a toda la gente...» a ritmo de rap. La cosa se llama Factor M (de Maduro) y se emite, se repite, en la televisión estatal secuestrada por el régimen.

El programa presenta cada domingo temas musicales en apoyo a Maduro y cuenta con un jurado integrado por artistas del entorno del presidente. Un «club de la ceja» (la ceja de Zapatero, siniestro interlocutor) americano con programa propio en la televisión del Estado donde no hay críticas, sino solo elogios a los concursantes, una forma de hacer que recuerda a ciertos programas y periodistas del ente público español.

Por si fuera poco, en los cortes de publicidad se presentan capítulos de Superbigote, un dibujo animado de propaganda que muestra a Maduro como un superhéroe con capa a lo Superman que combate a monstruos enviados por Estados Unidos. Dice Ignacio Ávalos, director del Observatorio Electoral Venezolano que «lo grave es que uno ya ni se extraña, por más disparatado que parezca». Es posible que esto le suene también al lector. Los parecidos son tales que asustan.

Ávalos (no confundir con Ábalos) también dice, por si faltase algo: «Hay un monopolio en el uso de los medios de comunicación públicos, con una programación donde no hay cabida para nada que no sea en favor del gobierno». Factor M es el programa que ha aparecido después de casi tres lustros de Maduro en el poder. Sánchez ya ha superado uno y, visto lo visto, cada vez queda menos para que TVE estrene Factor P (de Pedro), o incluso de Patxi López, aquel al que la madre de Joseba Pagazaurtundua dijo: «Harás y dirás cosas que nos helarán la sangre». Y tenía razón.

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