Alemania sobrevive a la tormenta de Dortmund y sella su pase a cuartos de final de la Eurocopa

«El fútbol es un juego en el que 22 hombres persiguen una pelota y al final siempre gana Alemania». Esta frase la dijo Gary Lineker en la Copa del Mundo de 1990 y resume a la perfección lo visto en el duelo de octavos entre Alemania y Dinamarca. No fue un partido fácil, pero los de Julian Nagelsmann supieron esperar su momento, con relámpagos de por medio, y sentenciaron a los daneses en la segunda mitad. Es decir, pase a cuartos de final y a esperar rival, que saldrá del partido de este domingo entre España y Georgia.

Después de completar una fase de grupos casi perfecta, en la que dejó sensaciones muy positivas, Alemania se presentó al partido de octavos frente a Dinamarca sabiendo que tenía que dar un paso al frente y así poder pasar a cuartos de final de 'su' Eurocopa. El Signal Iduna Park de Dortmund se llenó para la cita y los cánticos a favor del equipo de Nagelsmann se empezaron a escuchar desde el principio.

Alemania salió muy motivada al duelo y asedió a Kasper Schmeichel desde el primer segundo. Los germanos tenían claro que marcar pronto les iba a dar mucha tranquilidad y se pusieron manos a la obra. En menos de diez minutos, el guardameta danés tuvo que intervenir tres veces. Quedaron claras las intenciones desde el principio. Alemania iba a atacar todo el rato a través de la presión alta y Dinamarca iba a esperar atrás para buscar los contraataques.

Con el paso de los minutos, la intensidad alemana se enfrió y se empezó a ver un duelo más igualado. Podía pasar de todo. Dinamarca buscaba el área a través de sus laterales y el cuadro alemán lo intentaba por medio de Jamal Musiala, un futbolista talentoso y con mucha magia con el balón en los pies. Sin embargo, a Alemania le faltaba la presencia de un Florian Wirtz capaz de abrir al espacio.

La posesión era teutona. Pero muchas veces el tener el balón no garantiza el éxito. Y para tratar de adelantarse en el marcador, los de Julian Nagelsmann necesitaban buscar otro tipo de fútbol porque los zagueros daneses cuentan con experiencia y se las saben prácticamente todas. La acción se detuvo en el minuto 35 por una tremenda tormenta y el partido se reanudó cerca de las 22:00 hora local.

En la reanudación, Alemania se fue a por el gol y se vio un plan de partido similar al del inicio. Asedio teutón y Kasper Schmeichel salvando a Dinamarca con grandes paradas. Por su parte, el conjunto de Kasper Hjulmand lo intentó y se quedó cerca de poder superar a Manuel Neuer. El problema es que Rasmus Højlund, la referencia ofensiva danesa, no estaba consiguiendo rematar con comodidad. Así se llegó al tiempo de descanso.

Alemania sentencia el partido

Tras el paso por vestuarios, Alemania siguió con el control del balón, pero fue Dinamarca la que empezó avisando. Por suerte para Alemania, el gol de Andersen fue anulado tras revisión de VAR. En la siguiente jugada, un centro lateral de Raum tocó en la mano de Andersen. De primeras, nadie vio nada, pero Michael Oliver se fue al monitor a revisar una jugada que había detectado el sensor del balón del partido. Se señaló la pena máxima y Kai Havertz convirtió el penalti para poner el 1-0 a favor de Alemania.

Lo que son las cosas. En poco más de un minuto, se pasó de un posible 0-1 a un 1-0. La locura de la Eurocopa es esto. Si te descuidas un instante, todo puede saltar por los aires. A la selección de Hjulmand le tocaba remar para intentar llevar el duelo a la prórroga. Pero el gol le había dado alas a Alemania.

Con un resultado tan corto podía pasar cualquier cosa. Kai Havertz tuvo en sus botas el doblete, pero el disparo del futbolista del Arsenal salió rozando el palo. Dinamarca tenía argumentos en el banquillo para buscar el factor sorpresa. Los Damsgaard, Poulsen y Dolberg esperaban su turno para buscar la igualada en el electrónico.

El que cambió un par de piezas fue Nagelsmann. El joven técnico sustituyó a Andrich y a Gündogan para dar entrada a Emre Can y Füllkrug, el delantero tanque de confianza, y así buscar el 2-0 definitivo porque el encuentro no estaba para nada cerrado. Todo lo contrario. Y para evitar las llegadas danesas, los alemanes se defendían a través de la posesión.

El gol le había hecho daño a Dinamarca y en el 68' de la segunda mitad, Jamal Musiala se encargó de doblar la ventaja con una definición de futbolista 'top' y colocarse como pichichi de la Eurocopa (tres goles, igualado con el georgiano Mikautadze). El tanto del futbolista del Bayern liberó por completo a Alemania y los pupilos de Nagelsmann empezaron a jugar con mucha más facilidad.

Con el partido ya sentenciado, tanto Nagelsmann como Hjulmand optaron por hacer los últimos cambios y así no cargar demasiado a los futbolistas. Alemania intentó cerrar el partido con un 3-0 contundente, pero el partido ya estaba niquelado. Los de Nagelsmann solo se tenían que preocupar de no perder balones innecesariamente. Así se llegó al final del partido. Alemania pasa a cuartos y está a tan solo tres partidos de ganar su cuarta Eurocopa.