Francia sigue con la pólvora mojada y pasa a cuartos gracias a un autogol

La selección francesa está jugando un fútbol horrible. Es difícil tener argumentos para defender lo contrario. Sin embargo, sin apenas hacer ruido y sin todavía haber marcado un gol de jugada, se han plantado en cuartos de final de la Eurocopa después de aprovechar un autogol de Vertonghen para vencer a Bélgica por 1-0. Otro partido feo que sonríe a los de Deschamps.

Había mucha expectación por ver a los galos en las eliminatorias y las sensaciones son iguales que en la fase de grupos. Mucho ruido por las elecciones –que tuvieron la primera vuelta el pasado domingo– y muy poco fútbol. Ni siquiera Mbappé, claramente de más a menos, estuvo a la altura de lo que se espera de Francia. No obstante, siguen pasando rondas y ya esperan a Portugal o Eslovenia en cuartos.

Salió Francia con la intención de despejar las dudas sobre su juego cuanto antes. Quiso el balón y fue con todo desde el minuto 1. Se vio al equipo galo mucho más activo que durante la fase de grupos y pronto se hizo con el control del encuentro. Bélgica no conseguía disputarle la pelota a los de Deschamps y se replegó atrás para intentar aguantar los primeros envites.

Rabiot, Tchouaméni y Griezmann probaron suerte desde lejos al ver lo hundida que estaba la defensa de los Diablos Rojos. Ninguno de los disparos generó un peligro significativo pero era una declaración de intenciones de Francia, seca de gol en la fase de grupos, y en búsqueda de nuevas armas para revertir esa situación.

También la tuvo Mbappé –nuevamente el más activo en Francia– en una jugada que desató un festival de amarillas contra Francia. El delantero galo estrelló su disparo en un defensor, pero el árbitro no lo apreció y señaló saque de portería. Esto enfadó a Tchouaméni y se llevó la amarilla por protestar. Pocos minutos después fueron Rabiot y Griezmann quienes la vieron por dos faltas que se podían haber quedado simplemente en eso.

A todo esto, la falta que hizo Griezmann a punto estuvo de costarle un disgusto a Francia. Un centrochut de Kevin de Bruyne se envenenó más de la cuenta, botó delante de Maignan y se vio obligado a sacarla con los pies haciendo una parada muy poco ortodoxa. El control del partido que tenía Francia no se trasladaba en ocasiones, Bélgica era más directa y generando muy poquito tuvo la más clara de la primera media hora.

Cambió eso al filo del descanso. Francia volvió a embotellar a los de Domenico Tedesco y Koundé sirvió un magnifico balón a la cabeza de Thuram que se marchó por poco. Fue la más clara de la primera mitad, pero no había manera y los galos seguían negados de cara a puerta.

Guion similar en la segunda mitad

Nada cambió en la segunda parte y por momentos dio la sensación de estar viendo la primera mitad repetida. Tiros lejanos de Tchouaméni y Griezmann que se quedaban en nada y una Bélgica con las ideas claras. Esperar en campo contrario y salir corriendo por bandas en cuanto robaran la pelota.

Casi hacen buena esta táctica en tres ocasiones. Primero fue Carrasco quien se plantó solo delante de Maignan, aunque Theo Hernández no le perdió la fe a la jugada y llegó con todo desde atrás para rebañarle la pelota justo cuando el ex del Atlético de Madrid armaba la pierna para fusilar la meta francesa.

En las dos siguientes ocasiones el guardameta del Milan sí tuvo que intervenir. Primero contra un disparo de Lukaku no demasiado peligroso pero que había que sacarla igual y después, ya pasado el minuto 80, a un gran chut de De Bruyne que en caso de haber terminado en gol habría dejado a los de Deschamps sin tiempo de reacción.

Tanto perdonó Bélgica que al final se castigó a sí misma. El control del balón de Francia dio sus frutos y en una jugada eterna que nadie lograba terminar, apareció Kolo Muani para buscar un disparo que se estrelló en Vertonghen y desvió por completo la trayectoria del balón. Imposible para Casteels, que ya estaba vencido y solo pudo seguir el balón con la mirada.

El gol llegó en el momento exacto. Apenas cuatro minutos antes del final y además de la manera más cruel. Un mazazo tremendo para los belgas, que no lograron reponerse en tan poco tiempo y se marchan de la Eurocopa encajando una nueva decepción. La mejor generación de belgas ya ha terminado y se va de vacío. Por su parte Francia vuelve a hacer lo que acostumbra. Rácana y sin jugar un buen fútbol, pero sigue avanzando.