Carlos Alcaraz gana su primer Wimbledon a la épica y vence a Djokovic en una final para la historia
El tenista murciano cumple su gran sueño, supera a Novak Djokovic en un partido extraordinario y consigue su segundo Grand Slam con tan solo 20 años
Carlos Alcaraz ha conseguido el sueño de todo tenista, que no es otro que coronarse en Wimbledon. Y lo ha hecho de forma épica, ganando a Novak Djokovic en cinco dramáticos sets (1-6, 7-6, 6-1, 3-6 y 6-4, en 4h y 44m). El título en Londres supone su segundo título de Grand Slam, tras el cosechado en Nueva York en septiembre del año pasado. En definitiva, Carlitos quiere hacer historia en el tenis.
La pista central del All England Tennis Club presentó una entrada fantástica y contó con la presencia de grandes celebridades, como el Rey Felipe VI, Daniel Craig, Brad Pitt y los Príncipes de Gales. Y no era para menos porque Wimbledon tenía su final soñada: el número uno (Alcaraz) contra el número dos (Djokovic). Además, las condiciones climatológicas también ayudaban, teniendo en cuenta lo inestable que ha sido el clima durante esta edición del grande inglés.
El inicio de la final fue muy igualado. En su primer turno de servicio, Djokovic salió algo más tensionado y Alcaraz aprovechó los pequeños resquicios que le dejó el serbio. Al murciano se le veía muy motivado. Finalmente, Djokovic sacó su juego con más problemas de los esperados.
Esas dudas le dieron alas al balcánico. Carlitos tuvo un mal turno de servicio y el número dos aprovechó para romperle el saque al murciano. Carlitos estaba más nervioso que Djokovic y eso en una final de Grand Slam es demoledor.
El serbio estaba muy concentrado. Sabía que no le podía dar ninguna concesión al murciano, que es uno de los tenistas más peligrosos del circuito ATP. El primer set no tuvo mucha más historia y Djokovic se fue al banquillo con un contundente 6-1, que no reflejaba del todo cómo estaba siendo el partido.
Reacción de campeón
El tanteo del primer parcial no amilanó a Carlitos. Se vio una mejor versión del murciano y se fue a por Djokovic. Sacó el juego inicial con facilidad e inmediatamente después le rompió por primera vez el servicio al serbio.
Parecía que con el 2-0 Alcaraz iba a ir en volandas a por el set, pero a Djokovic no le puedes dejar huecos porque los aprovecha a las mil maravillas. Y eso hizo el serbio. Le volvió a romper el saque y devolvió la igualdad en el marcador.
A partir del 2-2, ambos jugadores fueron manteniendo su servicio, ofrecieron un espectáculo digno de una final de Wimbledon y llegaron hasta el tie-break. Allí, Carlos Alcaraz remontó un mini-break inicial, sacó su versión más demoledora, celebró de manera épica, se reivindicó y se llevó un segundo set que parecía imposible.
Lanzado a por el tercer set
El tenis es un deporte muy mental y sólo los mejores saben cómo gestionar situaciones difíciles. Carlos Alcaraz y Novak Djokovic son dos buenos ejemplos. Pero sin ningún tipo de dudas, el gran beneficiado en el tercer set fue el tenista de El Palmar.
Pasados los primeros juegos, Alcaraz cogió carrerilla y activó el modo vendaval. Djokovic estaba desdibujado y no sabía cómo frenar esa versión del murciano, que aparece en los momentos más determinantes de los grandes partidos. Y la final de Wimbledon es uno de ellos.
El público estaba disfrutando a lo grande e incluso se atrevió a entonar un «Carliitooos, Carliitooos», situación que molestó a Djokovic porque esa situación le recordaba mucho a la final de Wimbledon de 2019, cuando el serbio ganó a Roger Federer. Pero la versión de Novak estaba siendo muy distinta a la de esa final y se le veía más perdido. El tercer parcial acabó con un 6-1 a favor del murciano.
Djokovic tiene más vidas que un gato
Tras el paso por los vestuarios, la igualdad regresó a la pista central de Wimbledon. Perder el tercer set le había hecho mucho daño a Novak Djokovic y al serbio se le veía más tocado, anímica y físicamente, que al español.
Sin embargo, Novak Djokovic se agarró a la final y trató de plantarle algo de oposición a Carlitos, pero a la hora de la verdad la pesadez en las piernas le estaba perjudicando en los momentos clave del cuarto set. El balcánico aguantó y le rompió el saque al murciano en el cuarto juego.
El de Belgrado afianzó el break y le mandó un mensaje muy claro al murciano. Alcaraz recibió ese aviso, cumplió con su turno de saque y le pasó la patata caliente a Djokovic, pero el serbio estaba muy firme con su servicio y muy solvente al resto, como demostró en el octavo juego. En definitiva, 6-3 para Novak y al quinto set.
La hora de la verdad
La final entre Carlos Alcaraz y Novak Djokovic estaba siendo exactamente igual a la vivida en el All England Club en 2019. Un toma y daca entre los dos protagonistas. La tensión se palpaba en los banquillos y se notaba que nadie quería perder. Además, los nervios estaban a flor de piel.
El inicio del quinto set volvió a ser igualado y cualquier error podía ser demoledor. Alcaraz es un tenista impetuoso, pero a la hora de la verdad tiene un instinto envidiable y sabe aprovechar sus oportunidades.
A partir de esa rotura de servicio en el tercer juego del quinto set, el guion de partido no cambió y Alcaraz volvió a demostrar por qué el servicio es una de sus mejores armas. En el juego de la verdad, al murciano no le pudo la presión y cerró la final. 6-4 para Alcaraz y el público británico rendido al número uno mundial.