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El presidente de Grifols, Víctor Grifols, junto a los co consejeros delegados Raimon Grifols y Víctor Grifols Deu

El presidente de Grifols, Víctor Grifols, junto a los co consejeros delegados Raimon Grifols y Víctor Grifols DeuEuropa Press

Empresa

Grifols, el símbolo del separatismo catalán se desangra

La empresa que monopoliza la sangre en España sufre una debacle bursátil debido a la deuda que arrastra

Víctor Grifols Roura es un independentista de los de bandera estrellada y las manidas quejas por la opresión del Estado español que les ahoga a la vez que les riega de dinero en los Presupuestos.

En su día, Grifols le dijo a Artur Mas aquello de «Tiri endavant, president. No s'arronsi», algo así como «Tire para adelante presidente, no se arrugue». Mas no se arrugó, Puigdemont tampoco y la industria catalana saltó por los aires un 1 de octubre de 2017 junto al resto de la sociedad.

Vampiros

Mientras las empresas con sede social en Cataluña salían a toda velocidad por si un supuesto proceso de independencia las nacionalizaba o sucedía cualquier otro disparate 'indepe', Grifols siguió en Cataluña y en el Ibex 35.

Los 'vampiros de Sarriá' como se conoce a la familia que puso en marcha el negocio de la sangre gracias a la audacia de Josep Antonio Grífols Roig en 1940, sí que se llevaron la sede fiscal de Barcelona a Irlanda para pagar un 12 % de impuestos en lugar de dejar a las arcas independentistas de Mas el 28 %.

Al margen de todo el negocio de la sangre y su capacidad para abastecer a muchos centros médicos en España y en Estados Unidos, Grifols se metió en un lio en septiembre de 2021 cuando lazó una OPA sobre su rival alemana Biotest de 1.453 millones de euros para hacerse con el 96,2 % derechos de voto y casi el 70 % de su capital social.

La deuda financiera se disparó hasta los 6.480 millones de euros –ya supera los 8.000– y la bajada del patrimonio neto de 2021 descendió hasta los 830 millones de euros. La compra llevaba implícito el compromiso de no volver a hacer negocios ni a repartir beneficio hasta que reducir cuatro veces la deuda antes de 2024.

Pero los plazos pasan y la incertidumbre ha llegado a los mercados. Grifols ha pasado por el escrutinio de S&P que ha reducido su calificación crediticia a grado especulativo BB- con perspectiva negativa.

Soluciones

En lo que va de 2022 Grifols ha caído un 40 % en bolsa y la ampliación de capital es la única salida que ven los inversores para reconducir el negocio. La depreciación de la acción es lo que más problemas representa para esta solución por lo que todo queda a la espera de que el mercado se calme y asimile las medidas tomadas.

De momento, el remedio ha sido drástico. Víctor Grífols ha dejado el cargo de presidente después de 20 años y ha elegido a Steven F. Mayer, consejero desde 2011, como nuevo CEO. La primera persona ajena a la familia que se pone al frente de los laboratorios tiene experiencia en el sector ya que fue el responsable de la escisión de Telcris de Bayer y ha pasado por varios consejos de administración de empresas del sector.

Parece que aquella frase de Víctor Grífols en 2016 cuando dijo que «no se vive tan mal sin Gobierno» en referencia al vacío de poder que llevó a los españoles a acudir reiteradamente a las urnas, no se aplica en su empresa que ha recurrido al liderazgo externo para salir de una crisis importante.

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