Pymes y autónomos, los más amenazados por la OPA de BBVA sobre el Sabadell
La potencial merma de competencia en el sector bancario derivada de dicha OPA va a dificultar el acceso a distintas fuentes de financiación para más del 95 % del tejido productivo
La OPA hostil lanzada por el BBVA sobre el Banco de Sabadell constituye, a mi juicio, un claro error de la entidad vasca, pues repite una operación que no salió hace tres años y medio, muestra que no tiene una estrategia alternativa, y su oferta no parece lo suficientemente atractiva para los accionistas del Sabadell.
Con independencia de lo anterior, que deberán juzgar los accionistas de ambas entidades –los del BBVA, si la estrategia es la adecuada y los del Sabadell, si les interesa la ecuación de canje que les proponen en comparación, además, con el peor riesgo que asumirán, por las inversiones del BBVA en México y Turquía–, hay un tema más preocupante todavía, que es la potencial merma de competencia en el sector bancario.
Y esa menor competencia afectará de lleno a la parte más débil del tejido empresarial, que, a la vez, es la mayor proporción de dicho tejido, que son las pymes y autónomos, que tienen mayor dificultad para acceder a distintas fuentes de financiación.
Así, las pymes y autónomos trabajan con varias entidades para poder contar con un abanico de ofertas de productos que cubran sus necesidades, especialmente de líneas de crédito que les permitan enjugar sus problemas de tesorería por los períodos medio de cobro altos que tienen que soportar ante su menor capacidad de negociación con sus clientes. Todo ello, puede afectar seriamente al crédito, tanto en el acceso al mismo como en su coste, pero, sobre todo, en lo primero, pues para una pyme es esencial contar en muchos casos con ágiles líneas de tesorería, pues, como he dicho, su capacidad para negociar con los clientes y proveedores no es tanta y suele pagar antes de lo que cobra.
Por eso, en una amplia mayoría de casos, las pymes y autónomos son ya clientes de una de las dos entidades, pero, sobre todo, una parte no menos importante, cerca de una cuarta parte, lo son de los dos, con lo que dichas pymes y autónomos perderían, de la noche a la mañana, una de sus entidades, quedando reducido el elenco de bancos a los que pueden recurrir para financiarse.
Esto ya pasó hace unos años: con la resolución del Banco Popular se acabó el banco líder en pymes y autónomos, con una cuota de mercado que rondaba el 16 %-18 %, debido a la fortaleza de su red, a contar con los mejores bancarios comerciales y a ofrecer lo que llamaban «un traje a medida» para cada cliente. Popular era a la banca lo que Balenciaga fue a la moda: exclusividad y perfección. Se vino abajo –quizás, sería mejor decir que lo empujaron– por un cúmulo de adversidades que podría haber sorteado si no hubiese habido tanto interés en estrenar el Mecanismo Único de Resolución, pero ésa es otra historia. Pues bien, con el final del Popular, se perdió gran parte del trato cercano con los clientes, de una forma tradicional de hacer banca. Santander no pudo retener una buena parte de la cuota de pymes y autónomos que tenía Popular –son conceptos de banca muy diferentes– y CaixaBank, Bankinter y, sobre todo, Sabadell, sí que los captaron.
Así, el Banco de Sabadell es casi el heredero más cercano en la forma de hacer banca que tiene el Popular, que es lo mismo que decir que es la entidad que mejor entiende a las pymes y autónomos, que mejor complementa el conjunto de bancos con los que puede trabajar una empresa. Saben hacer banca y eso las pymes y autónomos lo notan y agradecen. Cuando Santander absorbió por resolución el Popular, gran parte de ese segmento empresarial se refugió en el Sabadell para obtener una financiación a medida. Si ahora triunfa la OPA del BBVA, ya habrá pocas alternativas a las que las pymes y autónomos puedan acudir para refugiarse, pues CaixaBank es un gran banco, pero ya demasiado grande para ser similar a Popular o Sabadell, y Bankinter se dirige más hacia otros nichos de mercado.
Por tanto, las pymes y los autónomos podrían ser los grandes perjudicados del posible triunfo de la OPA del BBVA, de manera que dicha OPA puede constituir un problema por la potencial restricción a la competencia y el posible perjuicio que sufra un segmento tan importante en la economía española como es el de las pymes y autónomos, que representan más del 95 % del tejido productivo. Por eso, las métricas para medir la concentración no pueden quedarse en el mero número de oficinas, pues la relación de las pymes con su entidad es más personal, más compleja, más de confianza, no basada en la capilaridad de la red, sino en la personalización. Con un banco menos, dicha personalización se puede resentir, muchas pymes puede que no logren acceder al crédito y las que lo hagan, puede que tengan que pagar un coste mayor. Es un problema complejo que puede hacer tambalear la financiación de la base del tejido productivo español de triunfar la OPA hostil del BBVA.
- José María Rotellar. Profesor de Economía, Director del Observatorio Económico de la Universidad Francisco de Vitoria.