
María Guardiola y Ángel Pelayo Gordillo
PP y Vox registran juntos en Extremadura una ley de concordia para derogar la de memoria histórica
Esta iniciativa formaba parte del acuerdo de gobierno que firmaron en 2023 ambos partidos y que hizo a María Guardiola presidenta de la región
Consideran necesaria una norma que la sustituya para «acabar con la división y el resentimiento»
Los grupos parlamentarios del PP y de Vox en Extremadura han registrado de forma conjunta una propuesta de Ley de Concordia para derogar la ley de Memoria Histórica. Así lo ha anunciado esta mañana el portavoz de Vox en la Asamblea regional, Ángel Pelayo Gordillo, en declaraciones a los medios.
Se trata de una iniciativa que formaba parte del acuerdo de gobierno firmado entre ambos partidos para investir a María Guardiola presidenta de la región. Llega después de que en enero se rechazara la propuesta del partido de Santiago Abascal tras presentar el PP una enmienda a la totalidad. Los populares, que en su día votaron en contra de la ley de memoria aprobada por el Gobierno del PSOE, trasladaron entonces que no querían una ley de memoria pero tampoco coincidían con el planteamiento de la propuesta impulsada por Vox, y además les reprochaban haberla presentado «de manera unilateral».
En su propuesta, las dos formaciones señalan que es necesaria una norma que derogue la Ley 1/2019, de 21 de enero, de memoria histórica y democrática de Extremadura para «acabar con la división y el resentimiento». «La legislación extremeña debe fomentar la reconciliación y nunca ha debido estar entre las potestades del legislador actual juzgar colectivamente a los españoles de entonces, pues contribuye a dividir a la sociedad de hoy a costa del ayer», recalcan.
Incluye a todas las víctimas desde 1931
La ley de concordia planteada por PP y Vox establece el reconocimiento de «todas las víctimas de la violencia social, política, del terrorismo o de la persecución ideológica, religiosa o de cualquier otra índole» que haya habido en Extremadura entre 1931 y la actualidad. Y se hace un reconocimiento expreso a las víctimas del terrorismo, «referencia ética para nuestro sistema democrático», y a la necesidad de reconocer «la dignidad, memoria y justicia» que merecen.Apuntan que no ha habido un relato «consensuado» sobre la Segunda República, la Guerra Civil ni el Franquismo, que la guerra «llevó al paroxismo las dinámicas de enfrentamientos de años anteriores» y que una Guerra Civil es «el peor acontecimiento político y social que puede sufrir una nación», ante la cual una actitud «generosa» como la de la Transición es la que puede ayudar a cerrar heridas. Además, inciden en que se debe evitar la «intromisión» del Estado en la conciencia de los españoles para «moldear su memoria individual, impedir la libertad de opinión, limitar la libertad de cátedra y penalizar el trabajo de los historiadores» si no se ajusta a la interpretación única de los hechos históricos.
La Transición, «ejemplo de cómo cerrar heridas»
En el texto, destacan que la Constitución de 1978 supuso la consolidación de un estado social y democrático y «la culminación de un proceso de reconciliación entre españoles», y que la Transición fue «un ejemplo, internacionalmente conocido, de cómo cerrar heridas, de cómo trabajar por la reconciliación y de unir esfuerzos para mejorar la calidad de vida de España y sus ciudadanos a través de la unión».
«Una reconciliación tiene su fundamentación en el reconocimiento de los errores de la sociedad de aquel entonces, en la necesidad de reparar el daño de todas las víctimas, de uno y otro bando, de reparar las injusticias y los agravios, sin causar otras injusticias y nuevos desagravios, y por eso apostamos en estos momentos por una Ley de Concordia», explican en la exposición de motivos.