Alicia Tamariz homenajeará la figura de su padre en el espectáculo

Alicia Tamariz homenajeará la figura de su padre en su nuevo espectáculoCedida

Entrevista

El homenaje de Alicia Tamariz a su padre: «Todos podemos canalizar emociones, sea con la magia o con la música»

La pianista y compositora, afincada en Málaga, se embarca en un nuevo espectáculo donde desea mantener viva la conexión del icónico mago, Juan Tamariz, con su público: «Yo trataré de ser ese canal de comunicación»

La pianista, cantante y compositora Alicia Tamariz, hija del icónico mago Juan Tamariz, protagoniza un espectáculo donde se aúnan música, cine y magia inspirado en una filosofía desarrollada por su padre, conocida como Los siete velos del arte.

Con motivo de los 80 años de Tamariz, su hija, afincada desde hace varios años en Málaga, desea mantener viva la conexión de su padre con el público, compartiendo los misterios de su magia y su filosofía.

Alicia Tamariz presentará Los siete velos del arte en varias localidades andaluzas. La gira se inició en la sala El Apeadero de Granada, el pasado 17 de enero, y le llevará hasta Málaga (MVA, 1de febrero), Sevilla (Assejazz, 16 de febrero) y Puerto Real, Cádiz (Teatro Principal, 21 de marzo).

–¿Por qué el nombre de ‘Los siete velos del arte’?

–Es una filosofía en la que se inspiró mi padre porque siete son los ingredientes misteriosos que se transmiten al público sin explicación previa.

–¿Se trata de un diálogo entre dos generaciones?

–Sí, pero no solo entre generaciones, sino entre realidad y virtualidad, porque mi padre no está presente en el escenario, pero se ha conseguido que también interactúe con el público y hasta haga un juego de magia con sus propias manos.

–¿Es un homenaje a la figura de su padre?

–Tiene un puntito de homenaje porque parto de su figura ya como maestro retirado y no en activo, es decir, no solo a lo que fue, sino a lo que es ahora. Aún tiene algo que transmitir, y yo trato de ser ese canal de comunicación para un público que hay gente que sí, que lo recuerda, pero hay otra gente que no, que no le tiene en la retina.

La música es un alimento para el alma, pero a veces no se nos valora ni se nos ayuda económicamente

–¿Qué es lo mejor y lo peor de la vida viajera y nómada de los artistas?

–Yo lo tuve más fácil cuando aún no tenía hijos, y eso que no era fácil cargar con el piano dentro de la furgoneta. Lo hice y me sentí realizada como artista. Ahora que soy madre, se busca un anclaje. En mi caso ya llevo unos años en Málaga, no sé por cuanto tiempo porque mi naturaleza es la de moverme. Pero siempre he creído que el viajar, aunque sea para actuar, me ha enriquecido.

Alicia Tamariz interactúa con su música con la magia de su padre

Alicia Tamariz interactúa con su música con la magia de su padreCedida

–¿Qué le ha aportado el mundo de la magia que tan de cerca ha vivido que le gustaría poder ofrecer en sus espectáculos?

–El efecto que produce, la del asombro, que rompe los esquemas de cualquiera. Mi padre, además, lo logró junto a la risa, que también es importante, algo que anestesia una parte del cerebro, la más racional. Si consiguiese lograr una atmósfera parecida, sería un sueño cumplido.

–Afronta varias fechas ahora en tierras andaluzas. ¿Qué ha supuesto Andalucía para su vida y su trayectoria?

–Mi sangre es andaluza, y llevo aquí desde que me fui de casa con 19 años, he vivido en Granada, luego en Cádiz, y ahora estoy en Málaga. Andalucía es hogar. He estudiado con pianistas andaluces maravillosos, como Javier Galiano, Juan Galiardo...Pero siempre digo que Málaga me cambió la vida desde que me llamaron para dar clases en el ELCAAM (El Centro de Artes y Música Moderna) porque conocí a un elenco de músicos que me ha ayudado, me ha hecho confiar en mí y poder avanzar en mi carrera.

–¿Cómo es como profesora?

–Aunque he tenido buenos maestros, siempre he sido muy autodidacta, quizás por mi personalidad, así que creo que como profesora soy muy poco metódica. Tenemos una idea de que aprender significa sacrificio, pero lo que experimento con los alumnos es que es la cabeza la que nos está interfiriendo, porque todos tenemos un potencial enorme, porque todos podemos canalizar emociones, en este caso, con la música. El piano es muy agradecido, sí, pero intento transmitir de que podemos llegar más lejos si nos quitamos los juicios previos.

–¿Se puede vivir de la música?

–Infelizmente, en esta sociedad, al menos hablo de España, se pone muy difícil la cosa. Apenas se ayuda económicamente y no se valora demasiado. Parece muy negativo lo que digo, pero la tónica es la de un esfuerzo continuo por avanzar y por confiar. Y como creo que esto es un alimento para el alma, pues a ver si vamos cambiando la mentalidad.

–¿Cómo surgió su flechazo con el jazz?

–A los 18 años tuve un novio en Madrid que me lo mostró, y ahí recuerdo esa energía y toda la gama de posibilidades. Allí pensé: 'yo quiero sentir eso'. Es un lenguaje lleno de libertad.

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