Contrata a un sicario para asesinar al ex de su sobrina y como no lo logra ella paga a un brujo para que lo mate con ritos satánicos

La familia Cámara García no es muy querida en Villanueva de Alcardete, un pequeño pueblo de Toledo. Cuando preguntas en el pueblo por ellos, se palpa el miedo a hablar. No les gustan pero prefieren callar: les da pánico enfrentarse con cualquiera del clan y comprobar en carne propia cómo se las gastan. El que más les ha sufrido es Josema. Él se casó con una de la familia: Pilar. Tuvieron un hijo y al poco tiempo se separaron. Él la dejó. No la aguantaba más. Denuncia que desde entonces le hacen la vida imposible.

El primer paso fue que Santos, tío de Pilar, la exmujer de Josema, contrató a dos sicarios para matarlo. Los criminales pidieron 45.000 euros por hacer que pareciese un accidente: le siguieron, le vigilaron y hablaron de quemar su casa para que pareciera un robo. Al final se arrepintieron y se chivaron a Josema. Salvarle la vida no fue por amor al arte: pretendieron cobrarle 3.000 euros por la grabación en la que se probaba el encargo del asesinato.

A partir de este miércoles en la Audiencia Provincial de Toledo se juzga a los dos sicarios y al que se escucha en la grabación encargar el crimen, el tío de Pilar. Piden 10 años de prisión para cada uno de ellos. Lo que no se va a juzgar es lo que ocurrió después. Al parecer, como Josema seguía vivito y coleando, a su ex se le ocurrió contratar por Internet a un brujo en Colombia para que realizase ritos satánicos que acabaran con su vida.

El brujo se llama Maestro José de la Cruz. Este hombre recibió un primer pago de 2.000 euros por sus rituales. El Debate dispone de audios y vídeos en los que se ve a Pilar invocando al maligno y profiriendo frases como: «Que mi hijo se aleje por completo de él, que le coja rabia, odio, fastidio, que no le pueda ni ver, que se desee que su padre se muera». Llegó a ofrecer incluso el alma del menor para conseguir su propósito.

Josema pidió que le quitaran la custodia del menor y educarlo y cuidarlo él solo, pero la justicia le cruzó la cara ante semejante petición. Para la juez de familia, que Pilar contrate brujos con ritos satánicos y que ofrezca el alma del menor, que ponga denuncias en las que asegura que el progenitor varón abusó del pequeño o que le pegaba y fueran archivadas por no corresponder a la verdad, no es importante. Para la justicia es una madre ejemplar. Josema está convencido que de ser al revés a él le habrían quitado la custodia y le habrían metido en prisión.