Carles Puigdemont y su portavoz en el Congreso, Míriam Nogueras

Carles Puigdemont, en una imagen de archivoEFE

Política

Junts se prepara para arrancar a Sánchez las competencias en inmigración mientras ERC les acusa de «xenofobia»

Rufián compara a los de Puigdemont con las tesis de Sílvia Orriols, pero no hace ascos a asumir las competencias para «integrar a todos»

El pacto para aterrizar el traspaso «integral» de las competencias en inmigración a Cataluña se está haciendo de rogar. Aunque en los últimos compases de 2024 desde Junts se deslizaba que el pacto estaba al caer, llegó la Navidad y las uvas sin anuncio por parte del Gobierno, síntoma de una negociación más rocosa de lo que los de Carles Puigdemont creían en un principio.

Sin embargo, los neoconvergentes no están dispuestos a dar su brazo a torcer, e insisten en este punto —pactado en enero de 2024 con Pedro Sánchez a cambio de su apoyo en la votación de dos decretos de urgencia— como condición sine qua non para una posterior negociación sobre los Presupuestos Generales del Estado.

Visto que la amnistía va para largo —esta semana se apuntaba a que no habría decisión del Tribunal Constitucional hasta octubre— y que la cuestión del catalán en la UE está fría, desde Junts se aferran al traspaso de competencias para mantener vivo su pulso con Sánchez. Así, redoblarán sus esfuerzos para forzar a que en las próximas semanas se desbloquee una cuestión que desde el Ministerio del Interior ven con malos ojos, por el conflicto competencial que supone.

Aliança Catalana y ERC

En clave de política interna catalana, la insistencia de Junts en controlar los flujos de inmigración —un tema a menudo tabú para los partidos de izquierdas— se explica por el temor que hay en la formación neoconvergente al ascenso de Aliança Catalana (AC), el partido liderado por la alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols, que combina un nacionalismo acérrimo y una hispanofobia sin complejos con un rechazo firme a la inmigración ilegal y al islamismo radical.

La cabeza de lista de Aliança Catalana, Silvia Orriols, durante el pleno.

La líder de Aliança Catalana, Silvia Orriols, en el ParlamentEuropa Press

AC tiene ahora dos diputados en el Parlament, pero según el último barómetro del Centro de Estudios de Opinión —el «CIS catalán»—, AC obtendría entre seis y siete escaños si se celebrasen ahora unas nuevas elecciones autonómicas. Este tirón electoral de los de Orriols contrasta con la caída de Junts, que ve cómo pierde unos votos por el flanco derecho que hasta ahora daba por descontados.

A su vez, este giro a la derecha de Junts es visto como una oportunidad por parte de su principal oponente en el tablero soberanista, ERC, para marcar posiciones. Así, este viernes el portavoz republicano en el Congreso, Gabriel Rufián, afeaba a los de Puigdemont su insistencia en querer controlar la inmigración: «Quiero las máximas competencias para Cataluña, pero no bajo un discurso y unas intenciones xenófobas», decía en una entrevista con la Cadena SER.

«Escucho a representantes de Junts en el Congreso y parece que escuche a Orriols», continuaba Rufián, que a pesar de todo tampoco le hace ascos a asumir las competencias si estas sirven «para integrar a todo el mundo y que este país sea para todo el mundo». En esta misma línea se expresó hace unas semanas la ex consellera de Igualdad y Feminismos, Tània Verge.

Cabe recordar que desde Junts aspiran a un programa de máximos, que otorgue el control fronterizo a los Mossos d’Esquadra y permita a la Generalitat tener la última palabra sobre los permisos de residencia de los recién llegados, así como poder imponer el conocimiento del catalán como requisito para obtener la nacionalidad española.

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