
Un grupo de menores extranjeros no acompañados en un parque de Barcelona
Cataluña
Los vecinos de Sarriá denuncian los problemas que ocasionan los menas que acuden a un centro municipal del barrio
Este equipamiento, que estaba dirigido inicialmente a mujeres sin hogar, se encuentra junto a un colegio
Los vecinos de Sarriá-Sant Gervasi (Barcelona), y también los padres de alumnos que van a escuelas de la zona, denuncian los problemas de inseguridad que ha provocado que, el centro de primera acogida de la calle Císter, que estaba pensado para acoger a mujeres sin techo, haya abierto algunos de sus servicios a hombres.
Se da la circunstancia de que cerca de este centro, pared con pared incluso, hay varios centros educativos. Y algunos de estos chicos más conflictivos, fundamentalmente menas, han molestado a alumnos y también han insultado y amenazado a vecinos. Por este motivo, piden al Ayuntamiento de Barcelona que se cambien los usos de este equipamiento o que, como mínimo, se vuelva al uso inicial de las instalaciones.
En El Debate hemos hablado con Elisabet, que tiene dos hijas que van a la escuela que está justo al lado de este centro. Ha explicado que cada día las va a recoger cuando salen de clase porque no se fía, sobre todo, de estos jóvenes, que «a menudo van drogados» y que merodean la zona. Nos ha explicado que ella ha llamado «un par de veces a la Guardia Urbana porque he visto a alguno que estaba absolutamente drogado, doblado, a punto de caerse».
Y, como ella, muchos padres han decidido hacer lo mismo. «Desde luego se nota que el tráfico y la circulación de coches ha aumentado mucho en los últimos meses», nos dice. «Imagínate esas niñas que se van solas y que tienen que pasar sí o sí por la puerta de ese centro y sobre todo en invierno, que oscurece mucho antes», dice Elisabet.Y es que estos menores «se meten con las niñas, les dicen cosas, se las quedan mirando y las niñas se cohíben». Pero la cosa no se ha quedado solo en eso, sino que se ha dado el caso de que han llegado a acceder, hace unos días, al interior de la escuela, por lo que Elisabet considera «que se ha cruzado un límite». Por este motivo, la dirección del centro educativo ha puesto una denuncia.
Y los padres lo que quieren es tranquilidad, porque ahora están «muy, pero que muy preocupados». Asegura esta madre que todos los problemas vienen desde que los menas van al centro, porque antes, cuando solo estaba destinado a mujeres, no se había registrado ningún problema.
Y Elisabet tampoco entiende por qué el Ayuntamiento de Barcelona no quiere reconocer, al menos públicamente, que, efectivamente, ahí hay algún conflicto. Y dice públicamente, porque en cierta manera reconoce «que algo hay» cuando envía a la Guardia Urbana a la entrada y a la salida de las clases. Para ella, esto es «hipocresía» y pide al consistorio que «se aclare», porque si no pasa nada, por qué hace «ese gasto en seguridad». Y también advierte de que, si al final acaba sucediendo alguna desgracia, «la responsabilidad será del alcalde de Barcelona, de Collboni, y de todos los responsables, que sabían que esto está así y no han hecho absolutamente nada para remediarlo».
Petición del PP
Ante esta situación, el Partido Popular ha presentado una petición para que se cambie el uso de ese centro municipal, aunque el Ayuntamiento ha rechazado la propuesta. «Desde que el Ayuntamiento de Barcelona convirtió en mixto el centro de primera acogida de la calle Císter, padres y alumnos sufren insultos y amenazas. Los vecinos tienen miedo y Collboni no actúa. Por eso, desde el Partido Popular hemos exigido un cambio de usos, que se convierta en una residencia para personas mayores y que se acabe ya el terror que viven los vecinos de la calle», ha asegurado Daniel Sirera, presidente del grupo municipal del PP.
Y desde el Ayuntamiento, la Teniente de Alcalde Maria Eugenia Gay, que también es la concejal de distrito de Sarrià, niega la mayor. Asegura que no hay ningún tipo de problema, de convivencia o de inseguridad en la zona y defiende que este tipo de equipamientos se tienen que repartir de «forma equitativa» por todos los distritos de la ciudad. De ahí que defienda que no erasea necesario trasladar estos menas a otros centros de Barcelona.