Theo Zidane, durante el encuentro de la última semana

Theo Zidane, en el partido ante el EldenseCCF

De complemento a jugador indiscutible

Theo Zidane ha demostrado con buen juego, una asistencia y goles su importancia en el esquema de Ania. 2025 debe ser el año de su confirmación

Todavía hay quien recuerda que, allá por el mes de septiembre, Theo Zidane se marchó entre silbidos de un partido que el Córdoba ganaba por 2-0 al Deportivo y que, para más inri, había enseñado una actuación más que notable del centrocampista. Pero así fue. Ilógico, como otras tantas cosas, pero sucedió. Desde entonces su rendimiento se tradujo en luces y sombras. En detalles, pero en intervenciones con poca continuidad. Quizá el peor momento lo vivió en Granada al ser expulsado en el minuto 38. Una roja directa no exenta de polémica, pero que terminó con el equipo blanquiverde jugando desde entonces con uno menos y sucumbiendo en Los Cármenes con un gol en el añadido para terminar perdiendo el partido.

Castellón, el duelo que lo cambió todo

Pero sin duda, si hay un encuentro que invirtió la tendencia, ese fue el que se jugó en El Arcángel ante el Castellón. Con 0-2 en el marcador, Ania le dio entrada en el descanso y todo cambió. Theo se estrenó en su casillero anotador con una diana a los dos minutos de la reanudación y firmó después una actuación individual a la altura de las mejores que haya podido facturar cualquier otro futbolista de la categoría. Se echó sobre sus hombros la responsabilidad de la remontada y el Córdoba fue otro equipo. Al punto que no solo logró empatar, sino que estuvo a punto de conseguir la remontada ante el cuadro orellut, que previamente había firmado una exhibición de fútbol durante los primeros cuarenta y cinco minutos.

«Quiere ser futbolista», dijo su entrenador semanas más tarde para ponderar su crecimiento y su importancia en sus esquemas tácticos. Y es que Theo parece haber encontrado su sitio con el asturiano, que lo ve como algo más que un centrocampista. Su rol, ahora, se centra mucho más en aparecer por el área. En tornar su posición en algo similar a un segundo delantero. El hispanofrancés, llegando desde segunda línea, está explotando unas virtudes que ha sabido apreciar al milímetro su entrenador. Desde ese momento y al término del 2024, Theo ha terminado el año con 4 goles (Castellón, Zaragoza, Levante y Oviedo) que, a la postre, han servido para cosechar seis puntos. Ante los tres primeros su gol sirvió para hacer el inicial de su equipo, mientras que ante el cuadro asturiano puso mucha tranquilidad cuando más apretaban los locales al filo del descanso. Por si fuera poco, en este tramo final de año también ha dejado ver su faceta como asistente, presentando en bandeja de plata un mano a mano a Antonio Casas que el de La Rambla no desperdició para conseguir el 1-0 frente al Eibar.

2025, el año de la consagración

O así debe ser para Theo, un futbolista con una aportación cada vez mayor en el juego ofensivo del Córdoba. Pasado su tiempo de aclimatación, ha quedado claro que en un doble pivote no explota al 100% todas esas virtudes que le ha visto Iván Ania y que tan bien está desarrollando sobre el terreno de juego. En el debe, eso sí, está el aspecto físico, donde el ex del Real Madrid Castilla tiene un amplio margen de mejora. Y es que Theo, que ha participado en 20 duelos oficiales entre Liga y Copa, aún no ha disputado 90’ al completo. Ha sido titular en 12 y suplente en 8 para acumular un total de 1.045 minutos de juego, por lo que, pese a que su ascendencia en el equipo es notablemente superior jornada a jornada, todavía le queda ese camino por recorrer. Pero lo que está claro es que, aunque muchos lo dudaron, Theo Zidane no tiene un gran futuro en el fútbol profesional simplemente por «ser el hijo de…».

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