Así ha celebrado el Córdoba CF su ascenso a Segunda

El Córdoba volvió a Segunda el pasado 23 de junioJesús D. Caparrós

De la felicidad a la oportunidad

El Córdoba cierra un 2024 de ensueño en lo deportivo y tiene ante sí la opción de consolidarse y dar un paso adelante en 2025

2024 ha sido el año de la felicidad en clave blanquiverde. Cinco años después de su caída a las catacumbas del fútbol español, el Córdoba logró reenganchar a propios y extraños para firmar su regreso al mundo profesional. Un lugar que le pertenecía por historia, pero al que le costó unirse en una temporada de altos y bajos que terminó con final feliz el 23 de junio con aquel gol de Toril frente al Barcelona Atlètic. Antes, hubo que pelearlo de lo lindo. Porque el equipo de Iván Ania arrancó el año natural a siete puntos del primer lugar de la tabla tras empatar a cero en Baleares como colofón a 2023. La distancia era más que notable. Y se hizo aún mayor después de perder el primer compromiso de 2024: 1-2 frente al Real Madrid Castilla. Los de Dick Schreuder no daban pie a que ningún equipo tuviera la más mínima ilusión de alcanzar esa posición de privilegio. El Córdoba, de hecho, se situaba también por detrás del Ibiza y el Málaga.

El mes de marzo disparó el optimismo

Los de Iván Ania continuaron su camino con dos piezas añadidas en el mercado de invierno: Leiva, cedido por el Real Madrid, y José Antonio Martínez, procedente del fútbol estadounidense como recambio del irremplazable Dragisa Gudelj. Así, desde la referida derrota contra el filial madridista, llegarían los mejores meses de la temporada. El conjunto blanquiverde facturó una racha de resultados que le llevó a estar invicto durante trece jornadas (nueve victorias y cuatro empates); es decir, firmó 31 puntos de 39 posibles, lo que le hizo acercarse, y de qué manera, al que parecía un imbatible Castellón. Porque en esa línea de juego y marcadores, los de Ania también se impusieron en suelo orellut. En una de esas tardes que ya quedarán para siempre en la memoria cordobesista, el Córdoba se impuso por 2-3 con un descuento mágico, donde Diarra y Simo voltearon un 2-1 adverso que hizo saltar la locura entre los más de medio millar de aficionados que acudieron a ver el partido en la grada visitante.

Todo eso, unido al bajón del Málaga y el Ibiza, provocó que el ascenso directo fuera un mano a mano entre el Córdoba y el Castellón. En una distancia de tres puntos se manejó la situación durante bastantes jornadas. Hasta que los blanquiverdes, que acusaron la ausencia por lesión de Antonio Casas y la baja por motivos personales de Alberto Toril (había perdido recientemente a su madre), perdieron en casa ante el Alcoyano (0-1), dejando así rota cualquier esperanza de luchar por el primer lugar del campeonato. Lo que quedaba, con seis fechas aún por delante, era asegurar rápidamente la segunda plaza y así tener la ventaja de campo en las eliminatorias de ascenso a Segunda División. Eso se consiguió en Ibiza, donde el cuadro cordobesista empató a uno en la penúltima jornada.

La locura con el gol de Toril para celebrar un ascenso soñado

La ciudad se volcó como hacía años que no se veía. El camino estaba escrito: de un lado, eliminar a la Ponferradina y, de otro, al que resultara de la eliminatoria entre el Barça Atlètic y el Ibiza. Frente al cuadro berciano, una actuación defensiva y de contundencia espectacular de los de Ania otorgó una mínima ventaja (0-1) para afrontar el compromiso de vuelta en un abarrotado estadio de El Arcángel, que asistió una semana después a una victoria (2-1) que despejaba el camino y llamaba a soñar en grande con celebrar un ascenso a Segunda en casa. Para eso había que hacer el más difícil: borrar del mapa a todo un Barcelona Atlètic.

Y se sufrió de lo lindo. En Barcelona, pese a que el cuadro blanquiverde firmó una primera media hora de lujo (se adelantó en el marcador gracias a un gol de Toril), acabó pidiendo la hora ante el asedio continuado del filial culé, que logró igualar en el segundo acto y dejar todo para el choque de vuelta con ese 1-1. Ya en El Arcángel, donde no cabía un alma más, la tarde arrancó torcida con el 0-1, pero de nuevo Toril, el héroe del ascenso discusión, firmó un doblete que quedará registrado eternamente en la historia del Córdoba, que regresaba así al fútbol profesional cinco años más tarde.

Verano agridulce y la oportunidad de consolidarse

2024 fue además el año en el que lo extradeportivo trajo consigo una noticia que se llevaba esperando y trabajando desde hacía décadas: la cesión del Estadio de El Arcángel. El acto, escenificado en el mes de julio, ponía fin al sempiterno estado en precario del club blanquiverde sobre el recinto municipal. Parecía todo ir rodado, pero una nefasta campaña de abonados, donde quedó patente que al Córdoba aún le quedaba muchísimo para ponerse al nivel de la categoría en cuanto a su estructura, dejó un sabor agridulce, pues se limitó sin sentido el crecimiento de una masa social que anhelaba unirse a la corriente cordobesista. Al final fueron 16.351 abonados pese a que el tope se fijó en 15.000. La malísima forma de proceder provocó que el club blanquiverde tuviera que desdecirse de su propia campaña y permitir ese número total de socios.

Y, en lo deportivo, un final inmaculado que pocos esperaban. Muy mal a domicilio, pero espectacular en casa. La derrota en Almería llevó a su entrenador, Iván Ania, a hablar de falta de aptitud, mientras que su capitán, Carlos Marín, pedía refuerzos en el mercado de invierno. Sea como fuere, lo que llegó fue una reacción brutal que acabó dando al Córdoba 10 de los últimos doce puntos disputados en 2024 (incluida la primera victoria a domicilio, ese 2-3 en Oviedo). Al final, el conjunto blanquiverde cierra el año con 27 puntos. Seis puntos por encima del descenso y con la sensación de que 2025 no puede ser sino el año de la consolidación en el fútbol profesional.

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