firma invitadaBartolomé Madrid Olmo

Poetas andaluces

Actualizada 04:30

El Presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, denuncia que se está perpetrando un cambio de modelo de Estado en España con la concesión de una independencia fiscal para Cataluña en pleno verano y por la puerta de atrás. No es esto otra cosa que una concesión más del socialismo sanchista al independentismo catalán para mantener un poder que no conoce ni de principios, ni de los valores más elementales, mucho menos de aquellos que recoge nuestra Constitución. Así, asistimos atónitos a un proceso de degradación de una democracia que no ha sabido articular mecanismos sólidos que paralicen ipso facto las ambiciones y desmanes de sátrapas más encajables, dentro de nuestro entorno occidental, en las dictaduras del siglo XX que en las actuales democracias del XXI.

Se trata, por tanto, de un episodio más del anacronismo esperpéntico y autocrático que estamos viviendo, que nos convierte en el hazmerreír planetario con el prófugo del sombrero de paja (otrora, prófugo del maletero), que pone en solfa la España de las autonomías, que genera ciudadanos de diferentes categorías y que remata a Andalucía con una puntilla en manos de una andaluza.

Y es que la sanchista Ministra sevillana María Jesús Montero ahora le niega a Andalucía lo que reclamaba cuando era consejera andaluza. Difícil encontrar en el ámbito político un caso más evidente de neurona gástrica (vulgarmente conocida como estómago agradecido), e imposible encontrar en la vida mayor ejemplo de cinismo e hipocresía intentando justificarla. Supone un auténtico mazazo a la dignidad humana escuchar de una misma persona una cosa y su contraria en el corto periodo de un mes. De no ser partidaria de un concierto económico con Cataluña en julio, ante la necesidad de investir a Salvador Illa como Presidente de la Generalidad ha pasado a avalar al cien por cien el acuerdo que rompe solidaridad y consensos afirmando, para colmo, que se siente muy cómoda con el mismo.

Esta es la situación que acorrala la decencia en el devenir político, la situación que tolera y defiende la izquierda andaluza, la situación ante la que guarda un silencio cofrade la calle progresista andaluza, esa calle que se alborota ante el más famélico reproche a la gestión del Gobierno de Juanma Moreno y que permanece sumisa y fresquita, al amparo del botijo y el aire acondicionado, mientras se fragua el mayor atentado contra la igualdad entre españoles.

Esto me trae a la memoria la gracia, la rabia y la poesía contestataria andaluza. Desde el «¡Manué! ¿Con el cacique qué vas a hacer?» del granadino Carlos Cano, al ¿qué cantan, miran, sienten los poetas andaluces de ahora? de un gaditano universal como Alberti. ¿Dónde queda hoy esa rabia? ¿Qué se habla hoy en los portales de esa calle progresista ante el mayor atropello al ser y al estar andaluz? No queda rabia, no surge la gracia porque hoy el cacique mora en esa calle. No surgen poemas de poetas que canten, miren o sientan, porque la poesía de Celaya deja de ser un arma cargada de futuro cuando gobierna la izquierda. Estas divagaciones me llevan a un trueque mental para preguntarme: ¿Qué cantarían, mirarían, sentirían los poetas andaluces de antes ahora?

¿Qué sentiría un sevillano como Antonio Machado?, al que por cierto Pedro Sánchez convirtió en soriano allá por 2015. Acertado y visionario mi compañero Jaime de Olano comentando la ignorancia del personaje:” no hay problema, mañana rectifica y propondrá que Soria pase a llamarse Sevilla”.

Que diría Machado de esta España rota a la que tanto amó y de la que nunca se quiso marchar, de esta España atiborrada de hielo por la izquierda para que dividida en dos continúe helando corazones. Afirmaba Ian Gibson que Machado aún tiene mucho que decir a los españoles de hoy, porque es un ejemplo de seriedad intelectual y de honradez. Justo dos grandes carencias del caminante Sánchez Castejón, y si se hace camino al andar, no quiero pensar que veremos al echar la vista atrás.

¿Qué miraría un granadino como el Lorca curioso y comprometido de Poeta en Nueva York? ¿Qué sentiría un onubense Nobel como Juan Ramón Jiménez? ¿Qué susurraría a la oreja de Platero? ¿Dónde se posaría la mirada comprometida del cordobés García Baena? ¿Qué nos mostraría la razón poética de la malagueña María Zambrano? ¿Cuál sería el sentimiento de Felipe Molina pensando en su infinito olivar jiennense? Y, ¿qué nos diría Álvarez de Sotomayor, el poeta que más le cantó a su tierra almeriense?

Poetas andaluces. Recitaba Alberti «que cantan, y cuando cantan parece que están solos. Miran, y cuando miran parece que están solos. Sienten, y cuando sienten parece que están solos».

¿Qué cantaría hoy el gaditano? «A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar». ¿A quiénes enterraría hoy Alberti en el mar de su luminosa Cádiz? ¿A quién lucha por Andalucía o a quien la condena a la miseria? «Galopa, caballo cuatralbo, jinete del pueblo, que la tierra es tuya».

Nuestra es la tierra andaluza. Defendámosla pues. Juanma Moreno, estamos contigo.

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