Las monjas carmelitas «amigas del Papa» dejan su convento de Lucena
Las tres religiosas marchan al Carmelo de Cabrera, en la Diócesis de Salamanca
Con fecha 11 de julio de 2024 la madre María Magdalena de San Juan de la Cruz, priora del Monasterio de San José y Santa Teresa de Lucena, ha hecho público un comunicado en el que asegura que «con mucho dolor y gran pesar, que, por quedar sólo tres monjas, la escasez de vocaciones y ser solicitadas por otro Carmelo necesitado, vimos voluntad de Dios que nuestra misión aquí había concluido». Añade que han hecho «absolutamente todo lo que estaba en nuestra mano» para que permaneciera este Carmelo, presente en Lucena desde hace 412 años. A partir de ahora, continuarán su misión en el Carmelo de Cabrera, en la Diócesis de Salamanca, al que les une una «larga y estrecha relación de hermandad y gran compenetración».
Como informa la Diócesis de Córdoba en su página web, en el comunicado, la priora ha aclarado que desde un principio han contado con el «apoyo valiosísimo del obispo» y del Papa Francisco, que en repetidas ocasiones ha mostrado su «cercanía e inestimable apoyo» por medio de sus frecuentes llamadas telefónicas.
Las llamadas del Papa
La relación del Papa Francisco con las madres carmelitas descalzas de Lucena se remonta a su etapa como arzobispo en Buenos Aires, Argentina. Fue entonces cuando el Santo Padre fraguó una relación de amistad, cercana y afectuosa, con la madre Adriana de Jesús Crucificado, quien fuera priora de la comunidad en Lucena. Han sido muchas las ocasiones en las que el Papa ha llamado al monasterio para hablar personalmente con ella y quiso hacerlo, especialmente, al enterarse de su inminente fallecimiento en septiembre de 2023. En aquella ocasión Francisco reconfortó a la monja en sus últimos momentos de vida y posteriormente volvió a ponerse en contacto con el monasterio para transmitirle el pésame al resto de la comunidad de religiosas.
En llamadas anteriores, el Sumo Pontífice, pedía a la comunidad que rezasen por la unidad de los cristianos y por las familias, y les pedía que vivieran con austeridad y pobreza. En alguna ocasión el Papa Francisco ha preguntado personalmente a monseñor Demetrio Fernández por las carmelitas de Lucena.
La localidad cordobesa va a echar de menos a las monjas, que han prestado su servicio no sólo a nivel espiritual, también lo han hecho a nivel cultural y social. En 2006 cedieron a la parroquia de Santiago la imagen de Santa Teresa de Jesús «para su culto y veneración». Cuatro años después, cedieron también la imagen del Santo Cristo de la Misericordia a la Archicofradía de Nuestro Padre Jesús.
Ha querido la priora terminar su comunicado asegurando que llevarán en el corazón y en el alma a todos aquellos que se han preocupado por la comunidad. En este «pueblo tan mariano hemos dedicado nuestra entrega total y gozosa a Dios en el Carmelo». Ha mostrado su conformidad ante la voluntad de Dios, no sin reconocer que aceptan gozosas la nueva misión, pero «con tristeza de dejar un lugar tan amado».