12 marcas de lujo silencioso
Exageradamente caras, las codician los que presumen ser millonarios discretos
a través de la historia, a menudo se ha asociado la riqueza a la opulencia, ya fuese con joyas, pieles o tejidos exóticos. Más tarde llegaron los logotipos y etiquetas. Ahora, los más potentados intentan distinguirse de las hordas de «nouveaux riches» con prendas y accesorios extra caros que - no obstante- parecen discretos y se distinguen de otros parecidos por sus pequeños detalles y -solo en ocasiones- por su calidad.
Incluimos una lista de marcas que visitan a menudo los políticos estadounidenses de más raigambre, los banqueros y banqueras europeos (los españoles no se quedan atrás), abogados y todos los privilegiados que quieren demostrar que están «in the know». Repasamos algunas de las más destacadas tiendas.
1. THE ROW. Fundada en 2001 por las gemelas Olsen, que tanto ahorraron desde bebés con sus apariciones televisivas, se trata de una marca con colecciones de calidad, algo raras, con pocos colores con prendas hechas en Italia. El diseño, con frecuencia inspirado en Prada, Jil Sander o las marcas belgas, no destaca. Las gemelas posicionaron su marca en alto por sus precios, que duplican y hasta triplican los de Gucci y Prada para piezas equivalentes. La razón: no podían hacer otra cosa. Con pocas economías de escala y pedidos ridículamente pequeños, los proveedores italianos les cobraban más. El resultado: un brillante posicionamiento y unos precios obscenos en prendas sin interés alguno.
2. KHAITE. El más es menos es norma básica de esta empresa norteamericana fundada en 2016 por Catherine Holstein que ganó el premio de los diseñadores de la CFDA en 2022. Con prendas que podrían haberse rescatado del armario de cualquier abuela/madre, sin diseño preciso pero con simplicidad, cobran cantidades desorbitadas por rebecas, camisas, blusas y prendas de cuero. Sufridoras como Kendall Jenner o Meghan Markle se han hecho adictas.
3. CELINE. Perteneciente al grupo LVMH, aunque siempre marca en la retaguardia, han sabido ahora tomar este posicionamiento de perfil bajo. Sus accesorios llevan logo pero a menudo con nuevas e irreconocibles versiones del clásico. La ropa es clásica y atemporal, cara y distribuida en cantidades limitadas.
4. RALPH LAUREN. Aunque la linea básica de Polo cuenta con prendas asequibles, la etiqueta morada propone piezas clásicas de gran calidad con diseño inspirado en la moda tradicional británica y en la ropa de los Hamptons. Buena costura y accesorios conseguidos.
5. MALENE BIRGER. Marca danesa con un mercado importante en Escandinavia. Sus tiendas son claras y sus colecciones muy simples pero bien cortadas. Recientemente se han hecho conocidas sus prendas en otros países, siempre entre un público dispuesto a pagar premium por una marca desconocida que no crea nada nuevo.
6. LORO PIANA. Especializados en tejidos de lana desde 1924, son ahora el proveedor de algunas de las telas más exquisitas para la sastrería. En los años 80, los hermanos Sergio y Pierluigi Loro Piana comenzaron a crear su propia ropa usando lana de cashmere, vicuña y merino. Desde 2013, LVMH es propietario de una parte del accionariado, comprado a Sergio, que murió ese mismo año. Estilazo.
7. BRUNELLO CUCINELLI. Incomprensible que una marca que cuenta con poco diseño o ninguno y vende a precios estratosféricos se haya convertido en un básico de los que sin saber de moda caen en la trampa del selecto club de los compradores de timos. Creado hace 40 años por Cucinelli, entonces un joven proveniente de una familia desfavorecida de un pueblo de la zona de Perugia, el resultado es el más extremo caso del inflado éxito de ciertas marcas de lujo silencioso.
8. MAX MARA. Parte de un gran grupo textil que posee Marina Rinaldi, Marella o Max&Co, en Max Mara se han hecho conocidos por sus abrigos y trajes de chaqueta. Durante décadas, se «inspiraban» en las colecciones de Gucci creando las mismas prendas para tallas mayores a la 44.
9. JILL SANDER. Cuando la creadora abrió su primera tienda en los años 60, su minimalismo atrajo solo a los alemanes. Comprada y vendida posteriormente a diversos grupos del sector, sigue siendo un clásico para los «essentials» de gran calidad. Sander fue la verdadera fundadora de la simplicidad en la sastrería.
10. VALEXTRA. Poco conocida fuera de Italia hasta ahora, se trata de una marca muy cuidadosa con su producción pero con poca aportación técnica o de diseño. Con materiales como algunos cueros idénticos a los de Prada, revisa diseños clásicos de bolsos y marroquinería de Gucci y Vuitton, siempre quedando un poco frío, como diseñado por un robot. Ahora gana enteros, sin merecerlo mucho.
11. KITON. Tomando el nombre del «quitón» o túnica griega, Ciro Paone fundó en 1968 en Nápoles esta gran empresa que diseña clásico, fabrica tejidos, ropa y accesorios y emplea a 800 personas. Un clásico excepcional desconocido para el común de los mortales pero con clientela fija desde hace décadas.
12. DELVAUX. Esta marca, la primera enseña «de luxe» belga, ha comenzado a ganar terreno globalmente con su saber hacer en artículos de cuero y prendas de piel, principalmente. Ahora parte del grupo Richemont, son proveedores oficiales de la Casa Real Belga.