El Chef Judicial
El restaurante de carretera convertido en el mejor asador de España
En el kilómetro 47 de la autovía de Extremadura y a tan solo treinta minutos de Madrid
Porque hay sitios culinarios en España insospechados que esconden una bodega infinita de alta alcurnia y una apuesta por la materia prima que realza sus virtudes en el horno de leña, un restaurante para los amantes del buen comer y del buen beber. Un asador de carretera en el kilómetro 47 de la autovía de Extremadura, a tan solo treinta minutos de Madrid y en medio de una de las denominaciones de origen con más proyección (D.O. Méntrida).
Restaurante castizo de manjares inolvidables, espacio para enamorarse de una bodega inolvidable con referencias nacionales e internacionales, tesoros escondidos y joyas que ya parecían desaparecidas y que cobran vida en el asador Las Esparteras para realzar el producto, para poner ríos de color púrpura bajo los que discurran atardeceres inolvidables, risas y conversaciones entre amigos.
Recorrido culinario castizo que comienza con el producto de la tierra, sublime selección de ibéricos de suprema calidad que nos llevan a ese cielo castellano que al degustarlo brilla más que nunca. Surtidos de jamón ibérico de bellota con pan y tomate acariciado por aceite de oliva, magnífico el lomo ibérico de bellota y suprema la cecina de Wagyu, sabor y potencia para «quitar el sentío».
Esencia manchega con el queso curado de oveja para resaltar la riqueza culinaria de Castilla. Matices calientes que nos llegan con una increíble morcilla de Burgos que se sirve con las notas más cálidas de fuego nacidas las brasas. Verdadero manjar que se deshace en la boca provocando un gusto sublime y que se acompaña con unos torreznos de tamaño infinito para dejar sentir matices crujientes, perfecto baño de aceite dando como resultado bocados de espiral adictiva. Cremosidad y perfecta fritura con las croquetas de bacalao y con las de ibérico, ideales para combinar y disfrutar de placeres del mar y la tierra. Deliciosas mollejas de cordero lechal que culminan los primeros entrantes que auguran un festín culinario y pivotan sobre la calidad.
Un lugar de Castilla que realiza milagros culinarios para hacer presentes las aguas salinas en plenas tierras de molinos, por ellas surcarán unas superlativas anchoas en Aove Don Bocarte que se sirven con pan y tomate o unas anchoas «Rafa López» esculpidas sobre pan con mantequilla. Rivalizan con estas anchoas de considerable tamaño los lomos de sardina ahumada sobre pan con tomate o el salpicón de marisco para imprimir notas refrescantes.
Un mar castellano desde Galicia a Andalucía para presentarnos la pata de pulpo a la plancha con ali oli o los chipirones a la plancha de perfecta textura. Tesoros sorpresivos en «un lugar de Castilla» con las almejas a la marinera, las ostras Gilardeau, el atún rojo o los berberechos de la ría al vapor. Primeros envites de una bodega infinita que nos lleva a un vino de autor, «La hormiga de antídoto» elegante tempranillo firmado por Bertrand Sourdais. Envejecido en madera con dieciocho meses en barricas de roble francés. Seducción de aromas a bayas maduras y sutiles toques especiados, intensa experiencia olfativa para revelarse en boca como un vino aterciopelado de taninos redondos. Vino con carácter que se elabora con tinta del país de viñedos situados junto al Paraje del Hoyo y que da las primeras notas vinícolas.
En el Asador Las Esparteras la huerta no desmerece, siguiendo la senda de calidad en una materia prima que irradia sabor. Tomate de temporada con cebolleta, guiños italianos con una «burrata della Puglia» con tomate y anchoas que encandila, oasis de salinidad y cremosidad, oda a la cocina saludable y sinfonía de homenaje a la verdura que continúa con la ensaladilla rusa con ventresca, los pimientos asados con ventresca de bonito, los espárragos trigueros a la plancha, la delicadeza y elegancia de los puerros confitados a la parrilla, las alcachofas en «Aove» con papada de ibérico para imprimir al paladar un sabor inolvidable o las cálidas habitas baby fritas que se acompañan de ibérico y huevos. Pases tradicionales de los de toda la vida, de marcadas notas familiares para hacer de Las Esparteras un idílico lugar hogareño que continúan con pases de cuchara como las sensacionales verdinas con perdiz, la sencillez y grandiosidad de unos huevos fritos con jamón ibérico y patata, los callos o el inmejorable pisto con huevos fritos.
En Las Esparteras se esconde una auténtica enciclopedia del vino, parada obligatoria para estudiar con calma y llegar a las añadas históricas de Vega Sicilia Único Gran Reserva que datan en esta imperial bodega desde 1939. Enalteciendo Ribera del Duero encontramos un joya de 2017, una bodega que es un tributo a la tradición, testimonio del pasado y culto solemne a la historia del vino español. De las variedades de tinto fino y cabernet-sauvignon. La crianza más larga del mundo, diez años entre madera francesa y americana y botella, proceso complejo para un excepcional vino.
Mezcla de vinos formado por las añadas de 2003, 2004 y 2006, rojo cereza con tonalidades teja, elegancia y finura para impregnar una fragancia de violetas, glorioso gusto a frutos rojos y taninos fundidos para rendir culto a la vendimia, en un vino inolvidable. Maridaje perfecto que abre la puerta al cenit culinario de Las Esparteras con la paletilla de cordero lechal al horno de leña, la perdiz estofada, la chuleta de vaca madurada o el cochinillo asado al horno de leña. Supremos manjares que ensalzan el más absoluto placer culinario y convierten a Las Esparteras en un lugar de culto gastronómico, con una bodega a precios increíbles para perder la vista en su infinitud y con un coste en torno a sesenta/setenta euros por persona que nos lleva en la inmensidad de la tierra castellana a un autentico cielo culinario.