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El 25 % de los millennials evitar coger las llamadas de sus familiares

El 25 % de los millennials evitar coger las llamadas de sus familiaresPexels

No sin mi móvil, pero no me llames: por qué los jóvenes ya no quieren hablar por teléfono

Han sido bautizados como la 'generación muda' por un estudio publicado por la organización Bank My Cell

Todos llevan un móvil en el bolsillo. Una pantalla que miran contantemente y para todo, desde comprar unas zapatillas hasta revisar informes o citas médicas, para todo... menos para hablar. El teléfono, que desde que se inventó –todavía hay discusión sobre de quién es el mérito: si de Antonio Meucci o si de Graham Bell– se ha usado para escuchar una voz al otro lado cuando se marca un número, está perdiendo la esencia que lo define.

Según la RAE (en su segunda acepción) el teléfono es un «aparato para hablar». Pero los jóvenes de hoy no marcan ni responden al otro lado cuando suena el tono o el móvil vibra molesto en su mano. Así lo revela la última encuesta de la organización Bank my cell, que los bautizado como la ´Generación muda´.

Generación muda

El estudio se llevó a cabo entrevistando a más de 1200 millennials de entre 22 y 37 años (nacidos entre 1981 y 1996) de todo el territorio de Estados Unidos. El 75 % de ellos dijo que evitan las llamadas telefónicas porque consumen mucho tiempo, mientras que el 64 % quiere evitar que les llamen para quejarse.

Entre las excusas más comunes para no coger el teléfono está, en primer lugar, para un 63 % de los encuestados, el «no me di cuenta de que sonaba» y, en segundo lugar, un 12 % culpa a la cobertura del dispositivo. Y entre los datos más llamativos está que prefieren atender las llamadas del trabajo (solo un 21 % las evita) pero el 29 % trata de no cogerle el teléfono a sus amigos y el 25 % a sus familiares.

Una comunicación más rápida

Para poder sacar conclusiones con valor de la encuesta, Bank my cell eliminó de las preguntas las referidas a las llamadas de números desconocidos o todas aquellas hechas por bots, y con las respuestas sugieren que la razón detrás de que los jóvenes ya no quieran hablar es que «han llegado a querer una forma de comunicación rápida y orientada a los resultados que se ajuste a su horario».

Entre las hipótesis que han elaborado con los datos de la encuesta se encuentran la pérdida de tiempo que puede suponer coger el teléfono, que las llamadas interrumpen y son disruptivas, estresantes y no siempre que se producen son privadas. El 81 % de los millennials confiesa sentir ansiedad antes de hacer una llamada y para evitar el conflicto ni siquiera llegan a marcar el número.

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