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Carmen Sánchez Maíllo, secretaria académica del Instituto CEU de Estudios de la Familia

Carmen Sánchez Maíllo, secretaria académica del Instituto CEU de Estudios de la FamiliaCEU

Carmen Sánchez Maíllo, secretaria nacional de Familia y Vida de la ACdP

«El gran cinismo de nuestra sociedad es creerse inclusiva, mientras se aborta al 83 % de los niños con Down»

«Necesitamos recuperar la idea de que toda persona es un ser digno y valioso, esté como esté», explica la Secretaria Nacional de Familia y Vida de la ACdP, sobre la última campaña de la Asociación en torno al Síndrome de Down

En solo unos días, cerca de un cuarto de millón de personas han visto el vídeo de la última campaña de la ACdP con motivo del Día Mundial del Síndrome de Down. Una campaña que se ha distribuido en cientos de marquesinas de 64 municipios y grandes ciudades de toda España, y que pretende «tocar conciencias», como explica la Secretaria Nacional de Familia y Vida de la Asociación Católica de Propagandistas, Carmen Sánchez Maíllo.

Esta jornada coincide con la celebración este domingo, 23 de marzo, de la Marcha Sí a la Vida, que recorrerá la madrileña calle de Serrano hasta un escenario colocado en los alrededores de la plaza de Cibeles, donde se sucederán distintos testimonios, actuaciones y se leerá el manifiesto final.

–El lema de la última campaña ha sido más que llamativo: «Hoy me felicitas, ¿mañana me abortarías?». Más allá de causar impacto, ¿qué ha pretendido la ACdP?

–La campaña pretende, por un lado, mostrar lo que aportan las personas con síndrome de Down a una familia y a la sociedad entera. Y, por otro, intenta tocar conciencias, ser un punto de reflexión a partir de los datos que la propia campaña muestra: que en España, el 83 % de los niños con síndrome de Down son abortados tras el diagnóstico; en Portugal, el 80 %, en Dinamarca, el 79 %... Son datos enormemente tristes, que hacen que cada vez haya menos personas con este síndrome en países europeos.

–¿Por qué hay una relación tan directa entre síndrome de Down y aborto, si ni siquiera es una enfermedad o una condición incompatible con la vida?

–La Trisomía 21 se detecta en las pruebas de embarazo y, en muchos casos, lo que se sugiere a la mujer o a la pareja, es solo el aborto «como solución», en vez de proponer un acompañamiento, una ayuda o una palabra de tranquilidad para la familia que espera un bebé con este síndrome. Si lo que hubiera en estos casos fueran palabras de esperanza, o testimonios de familias que tienen hijos con síndrome de Down y que son felices, los datos cambiarían.

–Si ya hay un Día Mundial, ¿por qué es importante reivindicar, con una campaña, la dignidad y la vida de las personas con Síndrome de Down?

–Recibir esta campaña es muy importante para que los españoles caigamos en la cuenta del gran cinismo que hay en nuestra sociedad: nos creemos una sociedad inclusiva e integradora, pero, sin embargo, a los más débiles, como son por ejemplo los niños que tienen una discapacidad, o al 83% de las personas con Síndrome de Down, no se les deja nacer y se los aboca al aborto.

–¿Qué aporta la defensa de las personas con Síndrome de Down al conjunto de la sociedad?

–Algo esencial, porque nos hacen recordar que necesitamos recuperar el presupuesto de que toda persona, esté como esté (concebido, discapacitado, enfermo, joven o anciano), es un ser digno, insustituible, valioso, único, irrepetible y dotado de una dignidad radical, por el mero hecho de ser un ser humano. En este sentido, todo ser humano es digno y, por tanto, valioso, desde la concepción hasta la muerte natural.

–Pero entonces, ¿es razonable celebrar un Día del Síndrome de Down, cuando las cifras revelan que el número de abortos contra ellos no deja de subir?

–Ciertamente, hay una contradicción entre la celebración del día del Síndrome de Down y conocer los datos de abortos de personas con Trisomía 21. Sin embargo, sigue siendo adecuado celebrar este día, que sirve para dar a conocer a las personas que tienen este síndrome, se les pone cara, se aprende más de ellos y, en definitiva, se reconoce lo que aportan a la sociedad. Porque una sociedad muestra la calidad humana que tiene, por el trato que concede a los más débiles.

–La campaña ha tenido un gran éxito en redes sociales. Solo el vídeo ha alcanzado un cuarto de millón de visitas en YouTube en menos de tres días. ¿Los mensajes provida están calando cada vez más en la sociedad?

–Sin duda. El mensaje más importante que transmite la campaña es que las personas con síndrome de Down son tan dignas y valiosas como cualquier persona. Pero también, que el contacto con estas personas hace mejor a los miembros de la familia que los recibe, y enriquece a toda la sociedad por la alegría que aportan y por cómo nos ayudan a entender que la esencia de lo humano no consiste en ser perfectos. Al dar a conocer el síndrome de Down, se abre la puerta a que también la sociedad vaya conociendo otras enfermedades o discapacidades menos conocidas, de modo que también las personas se van haciendo más sensibles a la discapacidad.

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