Las últimas horas de Mayra Gómez Kemp y la gran incógnita de su muerte
Los servicios de emergencia trasladaron su cuerpo al Anatómico Forense de Madrid
Su adiós ha dejado un profundo vacío en el mundo de la televisión. Mayra Gómez Kemp falleció, este domingo, a los 76 años. Su muerte se produce solo una semana después de un accidente en su casa de Mijas que, según su propio relato, la dejó tendida en el suelo durante 18 horas sin poder pedir ayuda. En una conversación telefónica con el periodista Javier de Hoyos, la presentadora declaró: «Estoy bien, pero muy cansada. Me resbalé, me caí».
En 2009, le diagnosticaron un tumor en la lengua y le dejó secuelas en su capacidad de hablar. A pesar de estos obstáculos, la presentadora mantuvo su espíritu y continuó trabajando hasta que en 2012 recibió un segundo diagnóstico, esta vez de cáncer en la garganta.
Su cuerpo fue trasladado al Anatómico Forense de Madrid, donde sus familiares podrán hacerse cargo de sus restos mortales. Mientras tanto, diversos periodistas han comenzado a investigar los detalles que rodean su trágico fallecimiento. Se están barajando dos versiones sobre las circunstancias de su fallecimiento, lo que ha generado un intenso debate en los medios.
En el programa Fiesta, el periodista Kike Calleja compartió información que sugiere que la presentadora fue llevada a urgencias del hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz alrededor de las tres de la tarde. Según Calleja, «alrededor de las ocho u ocho y media, ya falleció en ese mismo hospital. Sin embargo, esta versión ha sido cuestionada por Mónika Vergara, quien argumentó que si Mayra hubiera fallecido en el hospital, la autopsia se habría realizado allí mismo y no habría sido necesario trasladar su cuerpo al Anatómico Forense. «No tiene mucho sentido porque si falla en el hospital, la autopsia te la realiza en el hospital; no te trasladan al anatómico forense. Eso solo ocurre cuando hay un fallecimiento en un domicilio, porque alguien tiene que certificar qué es lo que ha pasado», explicó Vergara.
Este intercambio ha resaltado la confusión en torno a las circunstancias de la muerte de Gómez Kemp. Vergara también agregó que, según la información que ha recibido, fueron las hijas de la presentadora quienes, al no obtener respuesta en sus constantes llamadas, se alarmaron y decidieron contactar a alguien para que revisara la situación. «Ese alguien ya se encontró lo que se encontró y por eso la han trasladado al anatómico forense».
Sus últimos días
Hasta ahora, no se ha establecido una fecha para su funeral ni se ha decidido en qué sanatorio se llevará a cabo. Sin embargo, gracias al periodista José de Santiago, se ha podido conocer más sobre la vida de Mayra en los últimos años. Esta transcurriría con normalidad; sus actividades se limitaban a hacer compras en el supermercado cercano y pasear por los hermosos alrededores del Templo de Debod. No obstante, recientemente había mostrado signos de preocupación, manifestando que tenía «la voz apagada y apenada». Este cambio en su estado emocional podría haberse vinculado a la profunda tristeza que experimentó desde la muerte de su marido, Antonio Berco, en 2021, quien falleció de un infarto. Juntos compartieron más de 50 años de vida, y su unión era evidente para quienes los conocían. Aunque Mayra no tuvo hijos biológicos, siempre demostró a las hijas de Antonio, Roxana y Viviana, como si fueran propias.
A raíz de la caída de Mayra, Roxana y Viviana han estado muy pendientes de su bienestar, a pesar de que ninguna de las dos reside en España. En el programa 'Fiesta', se mencionó que Roxana estaba «impactadísima» ante la noticia de la muerte de la presentadora y, en medio de su bloqueo emocional, se encontraba buscando un billete de avión para regresar rápidamente a Madrid. Por su parte, Viviana, artista plástica y esposa de Joaquín Galán, del dúo Pimpinela, también viajaría a España para ocuparse de los trámites relacionados con la defunción.
Mayra Gómez Kemp, originaria de Cuba, enfrentó una dura lucha contra el cáncer a lo largo de su vida. «Han sido décadas de trabajo y ya era hora de descansar», comentó con serenidad, reflejando su fuerte carácter y aceptación de la situación. En su vida cotidiana, Mayra disfrutaba de actividades sencillas como ir de compras, limpiar su casa y pasear por el parque. «Mis amigos vienen a visitarme… honestamente, es un poco monótono y algo aburrido», bromeaba. Su legado trasciende la televisión; Mayra es recordada como una mujer valiente que luchó con dignidad contra la enfermedad. Su vida y carrera son un ejemplo del poder de la resiliencia y la pasión por lo que uno ama.