Así es Guillermo de Luxemburgo, el Príncipe ‘estresado’ que heredará el Gran Ducado

El pasado 8 de octubre, durante las celebraciones del Día Nacional, se abrió un nuevo capítulo en la historia de la familia Ducal de Luxemburgo. Se anunció que el Príncipe heredero Guillermo asumirá el cargo de lugarteniente del país, en un importante relevo generacional. De esta forma, se encargará de parte de las funciones de su padre, el Gran Duque Enrique. Ahora, durante le discurso de Nochebuena, el propio Enrique dio la fecha exacta en la que abdique de forma oficial, entregando el trono y el gobierno del país a su primogénito. Será el próximo 3 de octubre de 2025. Una cita fijada en el calendario del país que abrirá una nueva etapa en la monarquía luxemburguesa.

Ante este transcendental momento en su vida, ¿qué pensará Guillermo? «Estoy estresado», dijo él mismo durante una entrevista con RTL. Y es que, aunque está concienciado con este momento, no puede evitar estar nervioso. «Hace mucho tiempo que sabía que llegaría, pero cuando realmente ocurre, es otra cosa. Y sí, estoy un poco nervioso», dijo. No es para menos.

Tomar las riendas del Gran Ducado no es cosa menor, y él lo sabe. «Es una nueva capa de responsabilidades: familiarizarme con la política internacional, la diplomacia, los decretos que tendré que firmar... todo el aspecto legislativo, que no domino completamente», detalló. Pero, a pesar de este nuevo desafío, está más que listo para el gran día que cambiará su rumbo y el de su país.

Tiene 42 años y, curiosamente, es la misma edad que tenía su padre cuando ascendió al título de lugarteniente-representante. Es el mayor de cinco hermanos y, como futuro Gran Duque, lleva toda la vida preparándose para esto. Lo cierto es que tiene una gran responsabilidad, por eso siempre ha priorizado sus estudios. De hecho es un hombre muy culto, con formación y experiencias dignas de una persona que está preparada para liderar. Su educación ha sido una de las más completas que conocemos.

Empezó su formación en la Universidad de Angers, en Francia, donde curso Ciencias Políticas, entendiendo que gobernar no es solo un tema de linaje, sino de saber y preparación. Después, para complementar su formación, se graduó en la Real Academia Militar de Sandhurst, en el Reino Unido, un lugar que ha formado a muchos líderes mundiales, entre ellos su padre. Sin duda, su currículum no es poca cosa.

Y en lo que respecta al amor, parece que tampoco le ha ido nada mal. Se casó con Stéphanie de Lannoy el 20 de octubre de 2012, en una ceremonia religiosa celebrada en la gran Catedral de Santa María de Luxemburgo. La boda fue tan impresionante como lo es ahora su familia. Y es que son padres de dos hijos: el Príncipe Charles, que nació en mitad de la pandemia en 2020, y el Príncipe François, que llegó tres años después, para hacer aún más grande esa felicidad.

Pero, más allá de sus responsabilidades reales y de su faceta como padre implicado, el Príncipe Guillermo tiene una vida llena de intereses personales. Es un aficionado de la música y toca tanto el violín como la guitarra, un talento que comparte con su madre, la gran duquesa María Teresa, de origen cubano. En su tiempo libre, suele estar sumergido en melodías clásicas o entre las páginas en un buen libro de historia, siempre buscando formas de enriquecer su mente y su espíritu. Pero no todo es estudio y música en la vida de Guillermo.

Es también un hombre activo en lo que a deporte se refiere, le apasiona el tenis, la natación y el esquí, y siempre encuentra tiempo para mantenerse en forma. De hecho, es normal verlo participar en eventos deportivos locales o disfrutar de la naturaleza mientras practica su deporte favorito. Así es Guillermo de Luxemburgo: un hombre que combina la tradición y la modernidad, la preparación y la pasión, y que, en menos de un año, tomará las riendas del Gran Ducado con la misma dedicación con la que ha construido su vida.