Así es el hotel de un concejal del PSOE que Sánchez y Begoña Gómez han reservado para pasar la Navidad

Como si se tratase de la postal navideña más típica, la nieve sobre Cerler convirtiendo esta joya enclavada en medio de las montañas aragonesas en un paraíso invernal ideal para disfrutar las Navidades. Situado a las faldas de los 79 kilómetros de pistas de la estación de esquí de Aramón, la más alta para esquiar en el Pirineo Aragonés, el pueblo destaca por la belleza de sus paisajes, su historia, su encantadora arquitectura de piedra y una contundente gastronomía que lo convierte en una parada obligada en cualquier época del año.

Cerler es historia viva de lo rural y de la vida de montaña, por lo que no extraña que ha sido el destino elegido por Pedro Sánchez y Begoña Gómez para pasar las Navidades y olvidarse del clima político inestable que ellos mismos han causado tras el presunto tráfico de influencias, corrupción, apropiación indebida e intrusismo de ella. Acompañados por sus dos hijas y un matrimonio amigo, con niños pequeños, y diez escoltas que no se separan en ningún momento, el presidente del Gobierno y su mujer han decidido alojarse en el edificio más antiguo de la localidad, propiedad curiosamente de un concejal socialista: la Casa Cornel.

Datada del siglo XII, a día de hoy, es un hotel con encanto que conserva la típica estructura de casa-patio, con una planta baja protegida por un pórtico que da acceso a un patio interior descubierto. Sobre él se edifica el resto de la propiedad que 12 habitaciones dobles, dos junior suites y 4 dúplex familiares con capacidad para 3 o 4 personas. «El hotel Casa Cornel es el lugar ideal para descansar y relajarse, después de una jornada de esquí, montaña, senderismo, golf o cualquier otra de las múltiples actividades que se pueden realizar en este majestuoso Valle de Benasque», reconocen sus dueños en su propia página web.

Aunque es cierto que la noche no supera los 200 €, el matrimonio, lejos de alquilar un par de habitaciones, ha decidido privar al resto de turistas de poder disfrutar de una estancia similar a la suya y han cerrado toda la casa para ellos solos. Así, serán ellos los únicos que puedan acceder a la terraza con solarium, las zonas ajardinadas, el salón común con chimenea o la recomendable taberna con gastronomía local.

Desconocemos si el motivo es evitar las miradas indiscretas, disponer de toda la privacidad posible o impedir que el resto de huéspedes increpen a Sánchez, tal y como sucedió en una de las visitas a una tienda del pueblo donde adquirió enseres femeninos. El presidente, acompañado por dos coches con escoltas –uno de ellos le siguió al interior– fue sermoneado por un viandante de la localidad tras realizar las compras al grito de «mamonazo».

Habituado a este tipo de interpelaciones por su cuestionada política y ser el blanco de las críticas, a Sánchez pareció no importarle el calificativo y salió impertérrito del lugar acompañado por los dos coches que preservan su seguridad. Más allá de los recados, el presidente del Gobierno parece estar disfrutando de jornadas maratonianas de esquí en las que recibe clases junto al resto de acompañantes. Incluidos sus escoltas, que parecen haber querido apuntarse al plan más navideño de la familia.

Su relación con la zona se remonta a cuando tenía doce años acudió junto a su colegio en la conocida como Semana Blanca. Desde entonces, son varias las veces que se le ha podido ver, ya fuese solo o con su mujer y sus hijas, disfrutando de la estación de esquí.

Aunque sí que es cierto que la última ocasión fue Begoña Gómez quien realizó una escapada sin él, pero con amigas al paraíso aragonés. Ocurrió precisamente días después de firmar la carta de apoyo al empresario Carlos Barrabés que recibió 15,6 millones de euros en contratos del Gobierno y que, de forma casual –o no– posee la tienda de material de montaña que lleva su nombre y en la que estos días se le he podido ver al presidente adquirir distintos complementos.