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El templo asturiano de Madrid donde Marta Ortega celebra su comida navideña con amigos
Pertenece al Grupo Paraguas, dueño de otros establecimientos como el Ten con Ten, Amazónico o Aarde
Cada familia tiene rituales navideños que repiten cada año con sus seres queridos. Sin ir más lejos, esta Nochebuena, Marta Ortega, hija de Amancio Ortega y presidenta no ejecutiva de Inditex, y su marido Carlos Torretta, cumplieron una de las tradiciones que cada 24 de diciembre hacen con emoción: una comida con amigos cercanos, antes de despedir el año. Tal y como ha podido conocer ¡Hola!, en primicia, la pareja disfrutó de este encuentro anual en compañía de otros dos matrimonios.
El primero de ellos, formado por Eugenia Silva, una de las modelos más admiradas de España, y Alfonso de Borbón, hijo de Alfonso de Borbón Escasany y sobrino del Duque de Sevilla, Fernando de Borbón, grande de España. También estaban Eugenia de la Torriente, directora de comunicación de la famosa firma Puig, y su esposo.
El restaurante elegido para esta cita navideña fue El Paraguas, un lugar emblemático en el corazón del exclusivo barrio de Salamanca, en Madrid. Dicen quienes han tenido el placer de visitarlo que es mucho más que un simple restaurante: es un templo de la gastronomía asturiana, un santuario de sabores refinados y un refugio de elegancia que no pasa desapercibido. Es reconocido por su propuesta culinaria sofisticada, que se fusiona a la perfección con el ambiente lujoso que lo rodea, convirtiéndolo en un referente de la alta cocina en la ciudad y un destino obligado para los más exigentes. Su ubicación en la C/Jorge Juan 16 lo convierte en un destino obligado para aquellos que buscan una experiencia culinaria que trascienda lo común y se adentre en lo sublime.
La carta de El Paraguas es una celebración de la cocina asturiana llevada a un nivel de refinamiento inédito. Los clásicos, como las fabes o el cachopo, se sirven con un toque de sofisticación que transforma cada plato en una obra de arte gastronómica. Destacan las ostras al natural, el tartar de lomo de atún rojo, los rollitos de carabinero o el pulpo asado a la mostaza dulce, cada uno de ellos una explosión de sabores que despierta los sentidos.
También hay guisos, como las fabes con almejas o las verdis con bogavante. Los pescados, como el pixín a la espalda o la caldereta seca de rodaballo, y las carnes, como el cochinillo confitado o el jarrete de ternera lacado, son una muestra de la maestría culinaria que define a este restaurante. No falta tampoco la terraza, perfecta para disfrutar de una comida al aire libre, aunque con un pequeño extra: si optas por comer fuera, la cuenta sube un 10%.
Además, durante la temporada navideña, ofrece un menú premium que incluye el exclusivo Dom Pérignon, un maridaje perfecto para una experiencia gastronómica que no tiene igual. Con todo, sus dueños, Sandro Silva y Marta Seco, han hecho de este lugar un icono de la gastronomía madrileña. Por otro lado, su rango de precios, aunque elevado, parece ser completamente coherente con la experiencia que ofrece. Por ejemplo, los entrantes rondan los 20 euros, mientras que los platos principales se encuentran generalmente en torno a los 30 euros, y pueden superar esa cifra dependiendo del plato elegido.
Abierto desde el año 2004, el local ya es un clásico entre la alta sociedad madrileña y el lugar preferido de muchos empresarios para celebrar comidas de negocios y fechas especiales. Para terminar, uno de los puntos fuertes es la decoración que es de estilo refinado, pero acogedor, donde las mesas redondas y la iluminación suave crean una atmósfera íntima y personal.