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Retrato del coronel Samuel Colt, grabado por George Catlin

Retrato del coronel Samuel Colt, grabado por George Catlin

¿Quién fue Samuel Colt, el hombre detrás del revólver más famoso del Oeste?

Con 15 años embarcó como grumete en buque con rumbo a la India, una aventura marinera a bordo del bergantín «Corvo» que le llevó hasta Calcuta

Si hay algo que ha acompañado a la historia de Estados Unidos es la fabricación y uso de armas. La Segunda Enmienda de la Constitución norteamericana protege el derecho de poseer y portar arma. Esta cultura de las armas que en 2024 causó más de 16.500 muertos en Estados Unidos (según Gun Violence Archive), tiene su origen en la guerra de independencia de las 13 colonias y el proceso constitucional posterior.

También se afianzó durante el siglo XIX en el Lejano Oeste, que después Hollywood popularizó con las películas western en las que John Wayne, James Stewart o Clint Eastwood portaban fusiles Winchester y revólveres. Uno de los modelos más famosos fue el revólver Colt, el primero que disparaba varias balas sin necesidad de recargar. Ahora bien ¿Quién fue su inventor?

Su creador, Samuel Colt, nació en Hartford, Connecticut, en 1814, y desde pequeño le gustó experimentar con armas de fuego y explosivos. De hecho, voló por los aires parte del centro donde estudiaba ciencias mientras realizaba uno de sus experimentos. Por supuesto, le expulsaron. Con 15 años embarcó como grumete en un buque con rumbo a la India, una aventura marinera a bordo del bergantín Corvo que le llevó hasta Calcuta.

Durante la navegación, tal vez, al ver el mecanismo del timón del bergantín, descubrió una manera para hacer un arma que pudiera disparar múltiples balas sin necesidad de recargar tras cada tiro. A bordo creó con un trozo de madera el primer prototipo de lo que después se convertiría, tras muchas mejoras, en su famoso revólver de repetición. En 1836, Colt patentó su invento y creó su propia compañía: Paterson Arms Manufacturing Company, donde empezó a fabricar –a mano– revólveres con un tambor para cinco disparos del calibre 36.

Grabado en acero de Samuel Colt con un revólver Colt 1851 Navy

Grabado en acero de Samuel Colt con un revólver Colt 1851 Navy

Las ventas fueron malas al principio por el alto coste del producto, y la falta de inversores le llevó a la quiebra en 1842. Solo un año después, Samuel compró una nave ya equipada con maquinaria y empezó, de nuevo, a fabricar revólveres. Al final, los costes se redujeron y pudo fabricar mucho más e incluso introducir mejoras en su modelo. También fabricó un prototipo de cable para detonar las minas submarinas a distancia, que vendió al gobierno federal e incluso se utilizó para tender el primer cable que utilizó Samuel Morse para realizar la primera comunicación con el telégrafo entre Coney Island y Nueva York.

El revólver del Lejano Oeste

El éxito no llegó hasta que el capitán de los Rangers de Texas, Samuel Walker, descubrió la eficiencia de los revólveres que fabricaba Colt y llegó a un acuerdo con el inventor. Encargó 1.000 unidades, pero las nuevas armas debían incorporar dos mejoras: que pudiera disparar seis balas y que la carga fue más rápida. Para hacer frente al encargo, Colt se asoció con Eli Whitney Blake, que ayudaría en el diseño de la nueva maquinaria y el revólver. Colt cumplió los plazos y entregó su nuevo modelo de revólver Colt Walker a los Rangers, que utilizaron en la Guerra entre México y Estados Unidos de 1846.

Réplica funcional moderna del Colt Walker de 1847, emitida bajo la tercera generación de Colt Signature Series de 1994 a 2002

Réplica funcional moderna del Colt Walker de 1847, emitida bajo la tercera generación de Colt Signature Series de 1994 a 2002

La venta fue el pistoletazo de salida para ampliar su negocio, compró nueva maquinaria, levantó una nueva fábrica en Hartford, en 1855, y constituyó la empresa: Colt Patent Firearms Manufacturing Company. La producción se disparó, fabricaban unos 150 revólveres al día y los beneficios aumentaron tanto que en pocos años se convirtió en la mayor fábrica privada de armamento del país. Durante la guerra de Secesión, Colt firmó un importante contrato con la Unión para proporcionar tanto revólveres como fusiles.

Colt murió a los 47 años siendo uno de los hombres más ricos de Estados Unidos, y su mujer Elizabeth Jarvis Colt, siguió dirigiendo la compañía. En 1864, un incendio arrasó la fábrica de Hartford, pero el imperio armamentístico que la familia Colt había creado perduró. A principios del siglo XX, con la muerte de Elizabeth, la familia vendió la empresa a un grupo inversor que mantuvo el nombre de Colt.

El revólver que inventó había trasformado la industria militar, por lo menos en Estados Unidos, y contribuyó a la perpetuación de esa cultura de armas que hoy define lo que es Estados Unidos, siendo una de las principales empresas de venta de armas tanto para particulares como para el gobierno.

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