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Tanques rusos destruidos

Blindados rusos destruidos en los combates en la ciudad de JárkovAFP

Guerra Rusia-Ucrania

La feroz resistencia ciudadana convierte las calles de Ucrania en un infierno para los soldados rusos

Vasilkov, Kiev, Chernigov, Sumy, Járkov son las ciudades «mártires» de Ucrania donde el ejército ucraniano, junto con civiles voluntarios, hace frente con escasos recursos y mucho valor el envite del poderoso ejército ruso.

Esas son las cuatro ciudades donde, ahora mismo, el ejército ruso ha sitiado a la población y trata de asaltarlas y controlarlas. Otras ciudades, Odesa, Dnieper y, sobre todo, Mariupol, están en el punto de mira y son objetivos de las tropas invasoras rusas.

La guerra en Ucrania es, esencialmente, una guerra urbana. Los estrategas del Kremlin buscaban conquistar las principales ciudades ucranianas en 48 horas y hacer capitular fácilmente al gobierno. Ese objetivo no lo han logrado y los soldados rusos se encuentran ahora en una ratonera urbana peleando contra los soldados y ciudadanos ucranianos que luchan metro por metro por su tierra con todo lo que tienen a mano.

El plan del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, y su ministro de Defensa, Alexei Reznikov, consistía, precisamente, en evitar la confrontación en campo abierto y fortificar las ciudades. El rápido avance de las tropas rusas en los dos primeros días de invasión se encontró, de esa manera, con un tapón infranqueable al llegar a Kiev y a las demás ciudades importantes del país.

Es en el terreno urbano donde las tropas rusas se están desgastando, donde se han encontrado con una resistencia feroz de una población, incluso la rusoparlante al este del río Dnieper, tremendamente hostil a los invasores rusos.

Los vecinos de las ciudades han acudido a la llamada del presidente Zelenski y, los que han podido y tienen una mínima formación militar, han tomado las armas. En las semanas previas al inicio de la invasión, el ejército ucraniano dio una rápida pero exhaustiva formación militar a grupos de civiles voluntarios que aprendieron desde a disparar un fusil a fabricar cócteles Molotov.

De hecho, los cócteles Molotov se están convirtiendo en una pesadilla para los desmotivados soldados rusos, a los que el cansancio empieza a hacer mella después de cinco días de «guerra relámpago» y meses movilizados en campamentos militares junto a las fronteras ucranianos entre el barro y la nieve.

Cóctel molotov Ucrania Rusia

EFE

El embotellamiento en las ciudades está suponiendo una trampa para las tropas rusas. El intento de evitar bajas civiles masivas que perjudique al relato del Kremlin limita las operaciones áreas en las zonas urbanas.

Además, los tanques y vehículos blindados que en los amplios campos abiertos y las carreteras que atraviesan los bosques ucranianos lograron un veloz avance, se han convertido en un blanco fácil en las periferias urbanas.

En ese sentido, The Times apunta a que los misteriosos signos que los vehículos rusos llevan pintadas en sus blindajes –las letras Z, V y O–, cuya función no está clara, son una gran ayuda para los soldados ucranianos a la hora de fijar un blanco fácil para sus cohetes antitanque Javalin, Stinger y Nlaw.

Sin embargo, la resistencia ucraniana en las ciudades está dejando un reguero de civiles muertos. Ante el feroz combate de los civiles ucranianos, el ejército ruso está procediendo a bombardear zonas residenciales. La mayor parte de los cientos de víctimas civiles, según el gobierno ucraniano, se han registrado en las ciudades.

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