Maduro 'celebra' sus 10 años sin Hugo Chávez

La Venezuela de Hugo Chávez (1954-2013), con ingentes recursos, financió millonarias campañas electorales y proyectos gubernamentales en el extranjero, ahora, gobernada por Nicolás Maduro recibe ayuda humanitaria. La otrora potencia petrolera pasó de ser un benefactor a un beneficiario de ayuda internacional.

Venezuela perdió el protagonismo internacional heredado por Chávez, a medida que se reducía la chequera petrolera, se disparaba la migración y la inestabilidad política se hacía norma. Si bien las bases del fracaso socioeconómico del país las sentó el fundador del chavismo, Maduro las acentuó por su incapacidad y por su represión brutal.

Desde la muerte de Chávez, el 5 de marzo de 2013, Maduro abandonó la idea de ser un «remedo malo» y comenzó a diseñar su propia identidad: «se dio cuenta que al lado de Chávez se debilita» dijo a Afp el analista político Luis Vicente León, director de la reconocida encuestadora Datanálisis.

El chavismo «pragmático» de Maduro

Aunque intenta interactuar con el público como lo hacía Chávez. Durante estos 10 años, Maduro cambió su oratoria y, parcialmente, su discurso. «Ya cada vez más, Chávez es más un símbolo y menos poder; y cada vez más, Maduro es más un poder y menos un símbolo», señaló el doctor en Ciencias Políticas Daniel Varnagy.

«El socialismo es la vía», dice continuamente Maduro, quien sin embargo flexibilizó los estrictos controles económicos instaurados por Chávez y ha permitido una dolarización de facto con el fin de hacer frente a una crisis sin precedentes sin la billetera repleta de petrodólares con la que contaba su antecesor.

Tras numerosas sanciones personales contra dirigentes chavistas, todo el país empezó a sufrir, en su propia piel, estas restricciones en 2019, cuando EE.UU. incluyó a la petrolera PDVSA, el corazón de la economía nacional, en su lista. Desde entonces, el poder financiero del régimen bolivariano cayó a mínimos históricos, si bien ha burlado parte de las sanciones con ayuda de China, Rusia e Irán, entre otros.

Sin embargo, la arquitectura de subsidios que instauró Chávez se ha ido desmontando en el último quinquenio, cuando la gasolina dejó de ser gratuita, se multiplicaron las tarifas en el transporte público y se dispararon los precios de todos los productos, muchos de ellos impagables para la mayoría de la población, y servicios, los cuales presentan fallos a diario.

Cuando Chávez murió, el salario mínimo era de 2.047,52 bolívares, equivalentes a 326,03 dólares, según la tasa oficial del Banco Central de Venezuela (BCV), que les empezaban a ser insuficientes frente a una inflación que rondaba el 50 %.

Con Maduro en el poder, la inflación llegó a casi 200.000 % y el sueldo mensual tocó fondo en 2019, cuando se ubicó en un dólar. Hoy se está en unos 5 dólares mensuales con una inflación que cerró 2022 en 234 %.

Represión brutal y sistemática

Ya sea «chavismo auténtico» o «chavismo pragmático» lo peor que sufre el pueblo venezolano es la represión brutal y la indefensión impuesta por el «socialismo del siglo XXI».

Maduro reprimió a sangre y fuego multitudinarias manifestaciones callejeras a raíz de lo cual enfrenta una ola de denuncias de violaciones de derechos humanos y la Corte Penal Internacional (CPI) abrió una investigación por crímenes de lesa humanidad.

Más de 200 muertes durante protestas se han registrado en el país desde 2014. El expediente en la CPI incluye denuncias de torturas, muertes bajo custodia del Estado y ejecuciones extrajudiciales en operativos contra la criminalidad.

Foro Penal estima que en Venezuela existen más de 250 presos políticos

«La represión durante el gobierno de Maduro ha sido brutal y continua, sistemática», asegura la ONG Foro Penal, líder en la defensa de los presos políticos venezolanos. «La violación a los derechos humanos ha sido más frecuente que con Chávez» admitió la oenegé.

Divide y vencerás

Maduro también ha sobrevivido a fracturas internas del chavismo, que se muestra como un bloque unido y fuerte pese a las disidencias.

Y al mismo tiempo ha sacado provecho de las fracturas de la oposición, que comenzó a debilitarse en 2017 con encarcelaciones e inhabilitaciones de líderes y terminó de fracturarse el pasado enero cuando puso fin al «gobierno interino» de Juan Guaidó, la última estrategia impulsada para sacar al mandatario del poder.

La oposición espera definir un candidato único el próximo 22 de octubre en unas elecciones primarias

A un año de las elecciones presidenciales, Maduro no tiene un rival definido y «hará lo que tenga que hacer» por preservar el poder. «Esa es la estrategia», advierte Luis Vicente León de Datanálisis.