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La guerra en el Este del Congo provoca fuertes protestas contra las embajadas occidentales

La guerra en el Este del Congo provoca fuertes protestas contra las embajadas occidentalesLeon-Idole HOPAY

África

La guerra en el Este del Congo provoca fuertes protestas contra las embajadas occidentales

Los manifestantes acusan a los países occidentales y a la ONU de seguir apoyando a Ruanda pese a su presunta ayuda al grupo rebelde Movimiento 23 de Mayo (M23)

Kinsasa, capital de la República Democrática del Congo, vive estos días una situación de máxima tensión con decenas de manifestaciones frente a las embajadas de Estados Unidos, Francia, Bélgica, Reino Unido y las oficinas de la misión de la ONU en el país (MONUSCO) contra la guerra que sufre el este del país desde hace años y que ahora se ha recrudecido.

Pese a la fuerte presencia policial en las calles, los manifestantes han quemado neumáticos frente a las embajadas y han anunciado que seguirán con sus protestas. La embajada de España ya ha enviado un aviso a nuestros compatriotas para que extremen las medidas de seguridad y eviten las zonas calientes.

Los manifestantes acusan a los países occidentales y a las Naciones Unidas de seguir apoyando a Ruanda pese a su presunta ayuda al grupo rebelde Movimiento 23 de Mayo (M23), algo que Kigali siempre ha negado pese a que varios informes de la ONU lo han confirmado.

Los congoleños huyen tras los enfrentamientos entre los rebeldes del M23 y las fuerzas gubernamentales

Los congoleños huyen tras los enfrentamientos entre los rebeldes del M23 y las fuerzas gubernamentalesAFP

El viceprimer ministro y ministro de Asuntos Exteriores congoleño, Christophe Lutundula, se reunió el domingo pasado con las misiones diplomáticas en Kinsasa y les aseguró que el Gobierno tomará medidas para garantizarles su seguridad.

Según explica desde Kinsasa a El Debate el periodista Plotin Yambenga, «la población congoleña acusa sobre todo a Estados Unidos y Francia de apoyar al régimen de Paul Kagame (presidente de Ruanda), responsable de crímenes contra la humanidad en el este de la R.D. del Congo». El Consejo de Seguridad de la ONU ya ha expresado su preocupación por la «escalada de violencia» en el este.

Los avances del M23 contra el Ejército congoleño en la provincia nororiental de Kivu del Norte han agravado el conflicto en la zona y han empeorado la crisis humanitaria. Se estima que más de 150.000 personas ya han tenido que huir de sus poblaciones.

Julián Gómez-Cambronero, responsable del blog CongoActual y autor del libro ¿A quién le importa el Congo?, explica que «las protestas de estos días en contra embajadas occidentales y la ONU –que tampoco han sido masivas– son completamente comprensibles porque la R.D. del Congo se ve olvidada por la comunidad internacional cuando países como Estados Unidos y Francia conocen y reconocen el apoyo de Ruanda a los rebeldes del M-23; pero no pasan de palabras de condena y peticiones al régimen de Kagame cuando tienen en su mano que ese apoyo cese, porque son los que lo sostienen».

«No es difícil pensar que no quieren que este conflicto cese. En cuanto a la ONU, que también reconoce y condena el papel de Ruanda, la MONUSCO es mayoritariamente aborrecida por la población por su ineficacia durante años y ahora su actitud es más bien confusa», añade.

La guerra en el Este del Congo provoca fuertes protestas contra las embajadas occidentales

La guerra en el Este del Congo provoca fuertes protestas contra las embajadas occidentalesLeon-Idole HOPAY

Desde 1998, el este de la R.D. del Congo está sumida en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la MONUSCO desde que asumió el control de una operación anterior de la ONU en 2010.

Su mandato incluye apoyar los esfuerzos del Gobierno congoleño para estabilizar la región, pero en los últimos años ha enfrentado protestas, a veces violentas, vinculadas a la percepción de que no hace lo suficiente para detener el conflicto.

Plotin Yambenga comenta que «desde hace dos décadas, el régimen de Paul Kagame siembra el terror y la desolación en el este de la R.D. del Congo sin que nadie haga nada. Las organizaciones internacionales, incluida la ONU, son perfectamente conscientes de ello, pero han optado por guardar silencio».

«Nuestro país es ahora víctima de un complot internacional. Es natural que la población tome medidas enérgicas para hacer comprender a Estados Unidos y a las demás potencias que financian la guerra en el este que ya está bien. Se trata de seres humanos asesinados, no de animales», agrega.

Según Yambenga, «hay que hacer justicia a los más de 20 millones de congoleños masacrados en su propio país por el Ejército ruandés. Las vidas de los congoleños no deben ser tomadas a broma por las organizaciones internacionales, especialmente la ONU, cuya principal misión es restablecer la paz en todo el mundo».

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